Así es como TikTok o Instagram destruyen playas, montañas y otros parajes naturales

De lugares tranquilos y poco conocidos a convertirse, súbitamente, en destinos populares por el poderoso efecto llamada de las redes sociales. Estas son las consecuencias para la naturaleza cuando se convierte en objetivo multitudinario de selfies y videos cortos.

La masificación turística se ha convertido en un factor de riesgo para la naturaleza/NICK RANDLE.

Hay quienes sueñan con vivir en carne propia las idílicas y fotogénicas experiencias turísticas que promocionan creadores de contenido en TikTok o Instagram. Son lugares, a veces poco conocidos, que, en cuestión de días, reciben atención global por el efecto viral de las plataformas de videos cortos a las que millones de personas están enganchadas.

Luego, claro, llegan las decepciones. Y lo que se imaginaban destinos exclusivos se convierten en senderos naturales que parecen verdaderas romerías, colas infinitas para visitar una playa y codazos para hacerse selfies.

La consecuencia de “crear tendencia” sobre los destinos turísticos es un aumento repentino e inesperado de visitantes en espacios que, a menudo, no están pensados para ser disfrutados por una masa descontrolada de personas.

Un fenómeno ligado a la congestión, las aglomeraciones y a mucha contaminación, que ya está siendo estudiado y que tiene especiales consecuencias negativas para el medio natural.

Las dañinas consecuencias del 'efecto TikTok' sobre la naturaleza

En España, las ocurrencias de algunos influencers han alentado verdaderos destrozos en espacios naturales protegidos.

En las Dunas de Maspalomas, un espacio natural ubicado al sur de Gran Canaria, la organización de una “búsqueda del tesoro” (mil euros enterrados) llevó a que numerosas personas excavaran en esta zona protegida.

En Tenerife, dos youtubers con 111.000 suscriptores presumieron en su canal de hacer “la ruta más peligrosa” de la isla. Para ello, transitaron por un sendero protegido en una zona que cuenta con especies en peligro de extinción, como el lagarto gigante, sin importarles pisotear la flora autóctona. ¿Lo peor? Que “inspiraron” a otros.

Los Parques Nacionales dan la voz de alarma

El efecto llamada que despiertan las imágenes y vídeos publicados en las redes sociales se ha convertido en un verdadero problema para la mayoría de los parques nacionales de nuestro país.

Hasta 11 de los 16 espacios protegidos de la red informan de los “problemas evidentes” que genera la multiplicación de visitantes y que deben ser gestionados. Riesgo de incendios, destrucción de hábitats y elevado número de vehículos que generan atascos, contaminación y problemas de seguridad, son los principales.


Fuera de España, aunque hay innumerables ejemplos, es tristemente conocida la situación que se vive en la segunda cumbre más alta del mundo. Las colas interminables por las laderas del K2 auguran un mal pronóstico: la montaña está sufriendo un profundo proceso de transformación por la presencia excesiva del ser humano.

Protestas en España contra el turismo masivo

En las últimas semanas, miles de residentes de lugares convertidos en destinos turísticos de masas han salido a la calle para protestar contra los impactos negativos de este modelo, tanto a nivel medioambiental como social, cultural y económico.

Acción de protesta contra el turismo masivo en las costas cántabras/CANTABRISTAS/JUAN AMIEVA.

El movimiento, que es global, ya ha tenido resonancia en España. En Palma de Mallorca, Donostia-San Sebastián, Las Palmas de Gran Canaria, y en algunos municipios de Cantabria como Loredo y Langre, sus vecinos y vecinas se están movilizando con los siguientes argumentos:

  • Gentrificación: el aumento de los precios de la vivienda provocado por la proliferación de pisos turísticos, y también de los bienes y servicios, tiene como consecuencia el desplazamiento de los residentes locales de sus propios barrios.
  • Pérdida de autenticidad: en la sociedad de consumo todo es comercializable. También la cultura local, de la que se terminan seleccionando solo aquellos elementos, considerados productos o meros espectáculos de entretenimiento, que tienen más éxito con los turistas. La consecuencia es la pérdida de las tradiciones y costumbres genuinas.
  • Masificación: cuando afecta a lugares históricos o bienes culturales estos pueden sufrir daños debido al exceso de visitantes.
  • Dependencia económica: cuando las economías locales se hacen demasiado dependientes del turismo, se vuelven muy vulnerables a los cambios que se puedan producir en la demanda turística.
  • Mala calidad del empleo: que el turismo genera riqueza es un hecho. Otra cosa es cómo esto se redistribuya. Y, a menudo, los puestos de trabajos ligados a este sector económico son estacionales y están mal remunerados.

Hacia un turismo sostenible

El impacto del turismo de masas no debe medirse, únicamente, por sus beneficios económicos y la generación de empleo, que no siempre es de calidad.Para ONU Turismo, el turismo sostenible es aquel que “tiene plenamente en cuenta las repercusiones actuales y futuras, económicas, sociales y ambientales para satisfacer las necesidades de los visitantes, de la industria, del entorno y de las comunidades anfitrionas”.

Caminar hacia este nuevo modelo pasa, en primer lugar, por la regulación. Esto es, limitar el número de visitantes en áreas sensibles para evitar la sobreexplotación.

Desde el punto de vista de la ordenación del territorio, también es preciso planificar el uso del suelo para minimizar el impacto ambiental y preservar la biodiversidad, lo que incluye la creación de zonas de protección y conservación.

Desarrollar una conciencia pública mediante campañas de sensibilización para las comunidades locales y los visitantes, y promover el turismo responsable a través de medios de comunicación y las propias redes sociales, es otra estrategia indispensable para avanzar hacia un turismo más sostenible.

Referencia de la noticia

Yana Wengel y otros (2022). El efecto TikTok en el desarrollo de destinos: Famosos de la noche a la mañana, ¿y ahora qué? Revista de turismo y recreación al aire libre. Volumen 37. https://doi.org/10.1016/j.jort.2021.100458