Autos que no cumplen reglas ambientales en Europa terminan siendo vendidos en África
Una gran parte de los autos desechados en Europa por no cumplir con normativas ambientales terminan siendo exportados a África, donde tendrán una segunda vida contaminante. La historia de Benín, el pais por donde ingresan la mayor parte de automóviles.
Las políticas ambientales en relación al automóvil son cada vez más estrictas en Europa. El viejo continente ha optado claramente por el auto eléctrico, al punto que ha prohibido el uso de automóviles que emitan dióxido de carbono más alla del 2035. Estas políticas hacen que una gran cantidad de automóviles que no pasan las inspecciones o condiciones actuales, queden fuera del sistema. Es allí cuando surge la gran pregunta: ¿qué ocurre con esos coches usados que ya nadie quiere o no pasan los controles?.
Lo cierto es que una parte van a desguace, pero otra gran porción se terminan exportando a África, y en especial a un país en concreto: Benín, tal como indica un informe de Motor Pasión. Benin es un pequeño país, ex colonia francesa, con costa sobre el golfo de Guinea, limítrofe con Togo al oeste y Nigeria al este. Tiene unos 13 millones de habitantes. Este país es la puerta de entrada para miles de automóviles desechados en Europa.
Según datos de ONU, África es es el principal destino de los vehículos usados, ya que el 25 % de los autos de segunda mano exportados terminan allí. Las estadísticas indican que entre 2015 y 2020, unos 5,6 millones, terminaron en este continente provenientes de Europa, Estados Unidos, Turquía, Corea del Sur o Japón. El punto es que la mayoría de esos automóviles son viejos, en mal estado y altamente contaminantes.
Mucho de hipocresía en el primer mundo
La realidad muestra una gran hipocresía. El primer mundo se deshace de autos por considerarlos altamente contaminantes, pero estos terminan en países donde prácticamente no hay controles. Muchos de estos autos superaron la barrera de los 170.000 kilómetros, pero para los usuarios en África son como nuevos. En Cotonou, el puerto de acceso a Benin, cercano a Porto-Novo su capital, suelen verse cantidades de autos como en los playones de las grandes automotrices donde se deslpiegan los modelos nuevos listos para salir al mercado.
Según Observatory of Economic Complexity (OEC), Benín importo solo en 2021 un total de 343 millones de dólares en automóviles usados. La mayoría llega a ese país luego de partir de Bélgica, Estados Unidos o Canadá, con una escala en los Emiratos Árabes. Ya en 2014 un reporte de BBC indicaba que cada año, alrededor de 400.000 coches pasan por el puerto de Cotonou. El proceso de importación, mantenimiento y venta de coches usados importados genera 10.000 puestos de trabajos directos en el puerto, y hasta 100.000 puestos de trabajo indirecto.
La dimensión de ese negocio es tan grande al punto de que uno de los mayores mercados de coches usados del país tiene una superficie de 140 hectáreas, unos 1,4 kilómetros cuadrados. La mayor parte de los autos que llegan a Benin se venden hacia Burkina Faso, Níger, y Chad, pero muy especialmente su enorme vecino Nigeria que es el país más poblado del continente. Nigeria tiene un parque automotor de 15 millones de automóviles pero menos de un cuarto son nuevos. En 2016 NIgeria puso trabas a la importación de automóviles, pero en la práctica se vieron pocos cambios.
Contaminación asegurada
Para ejemplo, algunos números: un sedán importado de unos 15 años se vende en Benin en unos 2300 dólares. Un modelo nuevo cuesta 12 veces más y el salario promedio es de 100 dólares mensuales, tal como indica un reporte de Las Empresas Verdes. Los países centrales se muestran con políticas de ayuda al medio ambiente, pero terminan vendiendo el material descartado para que siga contaminando en África.
La mayoría de los autos exportados a países en desarrollo son viejos y contaminantes. El mismo informe de ONU que citábamos al principio señala que la gran mayoría son poco eficientes energéticamente, potencialmente peligrosos y contraproducentes en la reducción de emisiones de carbono. Durante una inspección en 2019 en Ámsterdam, de donde zarpan barcos con coches hacia África, los vehículos cargados tenían de media 18 años de antigüedad. El kilometraje promedio era superior a los 200.000 kilómetros. El 93 por ciento de esos autos tenía una etiqueta Euro 3 o inferior, lo que implica que fueron matriculados antes del año 2000. La mayoría no pasaría ninguna revisión técnica en Europa.
A muchos autos, antes de enviarlos a África, les quitan el catalizador, un componente del motor que reduce la emisión de gases tóxicos no carbónicos, como el nitrógeno óxido. Su valor puede superar los 100 dólares, un incentivo para retirarlos y venderlos antes de exportar el coche. El combo se completa con el combustible de muy mala calidad que se consume en gran parte de África, lo que sumado a autos como estos, hacen que las ciudades estén cada vez mas contaminadas con metales peligrosos en suspensión. En teoría, los vehículos importados deben haber sido matriculados al menos en 2006. Pero muchos de los vehículos que llegan a Benín son mucho más antiguos.