Esta es la única megaconstrucción humana visible desde el espacio: no es la Gran Muralla y está más cerca de lo que cree
A pesar de la extendida creencia popular, ni la Gran Muralla china ni las pirámides de Egipto pueden contemplarse desde la Estación Espacial Internacional sin ayuda de instrumentos ópticos. Esta infraestructura española, sí.
En 2003, Yang Liwei, el primer astronauta chino, desmontó una falsa creencia sobre las construcciones humanas que se pueden apreciar a simple vista desde el espacio exterior.
En el noticiero de la Televisión Central de China (CCTV), el astronauta respondió a una misma pregunta que cientos de sus compatriotas le habían hecho llegar a través del correo electrónico. Su respuesta fue contundente: «la Gran Muralla no se ve desde ahí arriba», aseguró.
Unos meses después, la Agencia Espacial Europea publicó unas imágenes captadas por el satélite Proba que trataban de contradecirle. Pero, en realidad, fueron tomadas por una cámara de alta definición, que es más sensible que el ojo humano y desde la órbita terrestre baja.
Si el viaje del astronauta Liwei se hubiera producido hoy, sí hubiera sido capaz de detectar, a simple vista, la única megaconstrucción humana que puede apreciarse claramente desde el espacio.
Ni la Gran Muralla China ni las pirámides de Guiza
A pesar de su impresionante longitud (con sus ramificaciones, mide más de 21000 kilómetros), debido a su estrechez y a su color terroso, que se funde con el accidentado paisaje que la rodea, la Gran Muralla China no puede contemplarse a simple vista desde una nave espacial en órbita.
Lo mismo sucede con Keops, Kefrén y Micerinos, las tres grandes pirámides de Guiza, en Egipto. El astronauta de la NASA Terry Virts publicó en 2015 en Twitter (ahora X) una fotografía captada, tras muchos intentos, justo el último día de su estancia en la Estación Espacial Internacional.
Sin embargo, para hacerlo, además de saber perfectamente dónde mirar, tuvo que recurrir a un potente zoom para apreciar lo que no es posible ver sin la ayuda técnica de dispositivos fotográficos.
La confirmación de Pedro Duque
En el año 2007, el astronauta español Pedro Duque ya confirmó que la única construcción humana visible desde la Estación Espacial Internacional, situada a unos 400 kilómetros sobre nuestras cabezas, está en el sur de España.
La NASA le dio la razón en 2022 con la publicación de unas imágenes captadas por el Operational Land Imager-2 (OLI) del satélite Landsat 9. En las fotografías se puede apreciar una mancha brillante formada por techos blancos de polietileno junto a la orilla del Mediterráneo.
Se trata del conocido como «mar de plástico» de Almería. Una red de invernaderos que ocupan una superficie de más de 40000 hectáreas en la localidad de El Ejido y otros municipios limítrofes, donde se producen entre 2,5 y 3,5 millones de toneladas anuales de frutas y verduras que se consumen en España y Europa.
Sus importantes dimensiones pero, sobre todo, la luz solar que se refleja en el plástico, es la causa de que se pueda apreciar esta infraestructura desde el espacio.
La transformación radical de El Ejido
A mediados del siglo XX, El Ejido era un pequeño núcleo de población formado por unos centenares de habitantes y dependiente del municipio de Dalías, en la comarca del Poniente Almeriense.
Tras aprobarse, el 11 de septiembre de 1982, su segregación y convertirse en un municipio independiente, El Ejido inició un proceso de trasformación urbanística y económica que le ha llevado a tener, hoy, una población cercana a las 85000 personas, un 31,87 % de ellas de origen extranjero.
La explicación está en el modelo productivo, basado en la agricultura intensiva bajo plástico, del que viven unas 12000 familias.
La cara negativa de este "Eldorado" agrícola que vive el municipio almeriense, y que, para muchos, hace que el hito de que su mar de invernaderos sea visto desde el espacio no sea un motivo de orgullo patriótico, son múltiples y variadas.
Entre ellas, las toneladas de residuos y sustancias químicas que contaminan el suelo y la costa almeriense, la sobreexplotación de los escasos recursos hídricos, las precarias condiciones laborales de los trabajadores, la falta de diversificación económica y las fuertes tensiones sociales ligadas al racismo y la xenofobia.