¿Esta ha sido la DANA más devastadora de los últimos siglos en España? El análisis del climatólogo Samuel Biener

Los datos más recientes de las terribles inundaciones que ha provocado la DANA en la provincia de Valencia son muy sobrecogedores. ¿Podríamos estar ante el episodio más catastrófico de la historia reciente de España?

Seguimos sobrecogidos con la catástrofe de la provincia de Valenciana: estamos hablando de la DANA más devastadora de lo que llevamos de siglo.

La sociedad española y los expertos de Meteored, algunos de los cuales residimos en la Comunidad Valenciana, nos encontramos muy impactados ante lo que ha sucedido en la provincia de Valencia esta semana. Varias comarcas, y en especial l'Horta Sud, recuerdan a un escenario de guerra tras la gran avalancha de agua, lodo y otros objetos procedentes de ramblas que sufrieron crecidas súbitas de carácter extraordinario.

El cóctel meteorológico ideal para un gran diluvio

En estos últimos días se está hablando de que ha sido la DANA más catastrófica de lo que llevamos de siglo, pero en Meteored creemos que con los datos que están saliendo podemos afirmar perfectamente que estamos ante una de las inundaciones más graves de los últimos siglos en nuestro país, considerando los acumulados de lluvia y la cifra provisional de fallecidos.

No vamos a analizar en detalle la situación sinóptica que desencadenó el diluvio, En Meteored ya advertimos desde una semana antes de que la situación podía ser bastante peligrosa. En primer lugar, el centro de la gota fría (es lo mismo que DANA) se situaba el pasado martes en el noroeste de Marruecos, por lo que el sector de divergencia en altura se situaba sobre el sur y la costa mediterránea.

Una baja en superficie impulsó vientos del este y sureste cargados de humedad hacia el este peninsular, que sobrevoló un Mediterráneo cuyas aguas se encontraban entre 2 y 2,5 ºC por encima de la media de la época. Los relieves del interior y prelitoral de Valencia interaccionaron con este flujo del sureste, permitiendo el desarrollo de núcleos convectivos que se iban regenerando sobre los mismos lugares, descargando auténticos diluvios.

Nuevo récord de lluvia en 1 hora en España y cerca de 800 mm en menos de 24 horas, según algunos pluviómetros

La AEMET confirmaba que en Turís cayeron 179,4 mm en menos de 1 hora, lo que supone un nuevo récord oficial en España, y que el acumulado total probablemente estaba por encima de los 700 mm. Por otra parte, están saliendo datos muy impactantes de otros organismos, como los 784,4 mm medidos en un pluviómetro en La Mojonera (entre Godelleta, Turís y Calicanto) perteneciente a Sisritel, que ha registrado cifras parecidas en otros aparatos cercanos.

Hablamos de cifras extraordinarias, al nivel de las grandes riadas de 1982 o 1987, cuando se produjeron los mayores acumulados diarios desde que hay registros o estimaciones en nuestro país, aunque la torrencialidad en este caso fue algo menor a la de la DANA de octubre de 1973, que provocó inundaciones catastróficas en el sureste.

La rambla del Poio experimentó una crecida extraordinaria

Por otra parte, la presa de Forata evitó un desastre mayor en varias comarcas valencianas, al contener una gran ola del río Magro. Pero debido a las grandes cantidades de agua caídas, el barranco del Poio alcanzó un caudal punta de 2300 metros cúbicos por segundo, casi sextuplicando el caudal medio del Ebro.

Aunque se está hablando de una crecida con período de retorno de 500 años, esto es un criterio teórico y puramente técnico utilizado en ingeniería. Los episodios de lluvias torrenciales se producen cuando se dan una serie de circunstancias a la vez.

Esto es una barbaridad para una rambla, que además discurre constreñida en varias de las poblaciones en las que los efectos de la riada han sido catastróficos. Los daños en carreteras y en la vía ferroviaria también han sido muy graves, y en algunos lugares hicieron de represa.

Una gran catástrofe: centenares de fallecidos en la provincia de Valencia

La cifra provisional de fallecidos es espeluznante, y las últimas actualizaciones de los organismos oficiales hablan ya de más de 200 personas que han perdido la vida. Esto lo convierte en la DANA más mortífera desde la de octubre de 1973 en el sureste, cuando se estima que entre 300 y 500 personas murieron. Sin embargo, según las estimaciones más recientes del Cecopi hay unas 1900 personas desaparecidas sólo en la provincia de Valencia, y bastantes de ellas desgraciadamente serán encontradas sin vida.

De cumplirse este terrible escenario, podrían superarse las 600-1000 víctimas mortales que dejaron la gran riada del Vallés del 25 de septiembre de 1962. Esta última, junto a la recordada riada de Santa Teresa del 15 de octubre de 1879 en la cuenca del Segura, son las peores inundaciones en nuestra historia reciente, y si se cumplen las peores previsiones, las de esta semana en Valencia podrían estar a la par e incluso superarlas.

No podemos seguir actuando a golpe de desastre

Desgraciadamente, se ha vuelto a poner de manifiesto la falta de coordinación entre las distintas administraciones y de una preocupante ausencia de cultura de prevención entre la ciudadanía. Se ha dado la peor situación posible en el lugar menos adecuado, con una altísima densidad de población y numerosos cauces ocupados o constreñidos en zonas con muy poca pendiente.

Los avisos meteorológicos fueron los adecuados, pero la forma de comunicar el riesgo que existía a la población desde luego que no, y tendrán que depurarse responsabilidades. También urge cambiar el sistema de avisos, integrando el riesgo hidrológico. Mucha gente se confió al ver que llovía poco en algunas poblaciones mientras que la ola de agua y lodo llegaba a toda velocidad.

Las primeras estimaciones hablan de pérdidas que serán "milmillonarias" e imposibles de estimar en estos momentos, afectando además a numerosos sectores productivos.

Es una pena que sigamos actuando sólo a golpe de desastre, pero esta catástrofe tiene que marcar un antes y un después en la gestión y prevención de este tipo de situaciones. Desgraciadamente, con los datos pluviométricos, económicos y de pérdidas humanas, es posible que estemos ante la gota fría o DANA más devastadora de la historia reciente de España, y ha ocurrido en pleno siglo XXI. Hay que sentarse y actuar ya para que no se repita algo así.