Este es el único mar del mundo sin costa
Sin límites terrestres, ha inspirado épicas y terroríficas historias. Hoy, sus alfombras de algas forman un singular ecosistema móvil que sirve como refugio a numerosas especies marinas vulnerables y protegidas, como las tortugas bobas o los caballitos de mar.
Existe un lugar único y enigmático en el planeta cuya historia está repleta de mitos y leyendas que han quedado plasmadas en el cine y la literatura y han cautivado la imaginación de generaciones.
Una masa de agua de características ecológicas singulares que lo convierten en un hábitat perfecto para numerosas especies, y que juega un papel crucial en los ciclos migratorios de especies marinas.
Es el mar de los Sargazos, que continúa desafiando nuestra comprensión sobre las leyes que rigen la naturaleza y nos recuerda la necesidad de proteger su delicado ecosistema, hoy amenazado por la mano del hombre.
Un mar dentro de un océano
El mar de los Sargazos, que ha fascinado a navegantes, científicos y exploradores durante siglos, es una vasta extensión del océano Atlántico Norte con una superficie aproximada de 3,5 millones de kilómetros cuadrados.
A diferencia de otras áreas marinas, no está definido por costas, sino por las corrientes oceánicas que lo rodean: al oeste por la Corriente del Golfo, al norte por la Corriente de las Azores, al este por la Corriente de Canarias, y al sur por la Corriente Ecuatorial del Atlántico.
Su nombre obedece a la densa acumulación de algas flotantes, del género Sargassum, pese a lo cual, las aguas del mar de los Sargazos se distinguen por su color azul intenso y su excepcional claridad, con una visibilidad submarina de hasta 60 metros. También son excepcionalmente calmas.
Características físicas y ecológicas de este mar tan singular
La naturaleza abierta y expansiva de este particular mar define su vegetación, particularmente el sargazo. Se trata de un tipo de alga marrón que flota en la superficie del agua y forma grandes alfombras flotantes que pueden abarcar varios kilómetros.
Estas algas no están adheridas al fondo marino, lo que las convierte en una parte móvil del ecosistema y hábitat para una amplia variedad de organismos. Algunas especies, como el pez sargazo y el caballito de mar, se han adaptado para vivir en este ambiente flotante.
Además, las algas proporcionan refugio para las crías de muchas especies marinas. Por ejemplo, las tortugas bobas suelen pasar sus primeros años de vida en estas alfombras flotantes, que les brindan protección y alimento.
Otras especies que migran a través del Atlántico, como las anguilas europeas y americanas, que nacen en el mar y luego viajan miles de kilómetros hacia ríos y arroyos en Europa y América del Norte, regresan al mar de los Sargazos para reproducirse.
Una historia llena de mitos
Desde que los primeros exploradores europeos navegaron por sus aguas en el siglo XV, el mar de los Sargazos ha inspirado mitos y leyendas. Los marineros lo describían como una trampa mortal donde los barcos quedaban atrapados durante meses en las algas, lo que condenaba a las tripulaciones a una muerte lenta por inanición.
Sin embargo, la idea de que las embarcaciones quedaban varadas durante un largo tiempo por las algas es más un mito que una realidad. Estos organismos acuáticos no tienen la densidad suficiente para conseguir atrapar un barco.
Así que, probablemente, la idea expresada por estos marineros tenga más que ver con las condiciones meteorológicas de la región, como las calmas ecuatoriales, que se caracterizan por la ausencia de vientos necesarios para impulsar las naves a vela.
El mar de los Sargazos también ha sido asociado con otra inquietante leyenda marítima: la del Triángulo de las Bermudas. Situada al oeste del mar, esta zona ha sido escenario de numerosos reportes sobre misteriosas desapariciones de barcos y aviones.
A pesar de que este mar no forma parte directa del Triángulo, su proximidad ha alimentado la imaginación popular sobre la peligrosidad de sus, por otra parte, tranquilas aguas.
Estos son los principales problemas medioambientales
La misma característica que lo convierte en único, esto es, las corrientes marinas que lo delimitan y la proliferación de algas, hacen que el mar de los Sargazos se haya convertido en una zona de acumulación de desechos plásticos.
Un problema de contaminación que afecta especialmente a la vida marina, ya que muchos animales confunden los fragmentos de plástico y los terminan ingiriendo.
Por otra parte, la llegada masiva de sargazo a otras áreas del Atlántico, como el Caribe, preocupa por su impacto económico. Al acumularse en las playas, el sargazo se descompone, generando mal olor y cambiando el color del paisaje.
Al cubrir las aguas costeras, las algas también impiden que la luz se filtre al fondo marino, lo que dificulta que lo que los corales y otras algas puedan realizar la fotosíntesis, lo que genera una cadena de consecuencias que influyen en estos hábitats costeros.