¿Hay suficiente tierra para alimentar al mundo sin destruir el planeta? La sorprendente conclusión de un nuevo estudio
Para una humanidad que lucha contra los efectos del cambio climático, el suelo se perfila como una pieza clave. No solo es esencial para cultivar nuestros alimentos, sino también para capturar carbono y generar energía limpia.
¿Puede la tierra cumplir con todas las exigencias para mitigar el cambio climático sin colapsar bajo la presión de la humanidad? Según un reciente estudio publicado en Frontiers in Environmental Science, la respuesta es un rotundo sí, aunque con grandes desafíos por delante.
Los investigadores se propusieron descubrir si sería posible aumentar la producción de alimentos, proteger los hábitats naturales, almacenar grandes cantidades de dióxido de carbono y expandir la producción de energía renovable, todo sin que estas actividades se pisaran entre sí. Y sorprendentemente, el resultado fue positivo.
La tierra como una solución climática y alimentaria
El estudio utilizó un modelo desarrollado por el MIT que incorporó el escenario Sky 2050, con datos sobre cómo los suelos no desarrollados podrían ser utilizadas para una serie de soluciones climáticas, como parques solares, eólicos, y proyectos de reforestación. En este contexto, se planteaba la gran pregunta: ¿sería suficiente esta tierra para cubrir también la necesidad de alimentos?
El análisis reveló que, a pesar de que las soluciones para la captura de carbono y la generación de energía renovable requerirían grandes extensiones de suelo, estas no interferirían con la producción agrícola. De hecho, algunas de estas soluciones climáticas podrían incluso mejorar la agricultura.
Por ejemplo, el biocarbón, un tipo de carbono que se captura en la agricultura, fue identificado como una de las soluciones más efectivas para absorber CO2 y, a la vez, mejorar la productividad de los suelos. Según el modelo, para 2100, el 61 % de las tierras agrícolas en el mundo estarían implementando alguna forma de solución basada en la naturaleza.
La agricultura, ¿en armonía con la naturaleza?
Uno de los puntos más interesantes del estudio es cómo la agricultura podría evolucionar para convertirse en parte de la solución climática. El modelo mostró que las tierras agrícolas podrían aumentar en producción sin comprometer el espacio necesario para los ecosistemas o las energías renovables.
Esto sería posible gracias a prácticas más sostenibles, como la agroforestería y la plantación de legumbres que fijan nitrógeno, que podrían implementarse junto con la agricultura convencional. Además, se proyecta que las tierras de cultivo podrían expandirse a antiguos terrenos de pastoreo, que disminuirían su extensión debido a la presión del mercado y a políticas que harían más costosa la producción ganadera de alto impacto ambiental.
Este enfoque permitiría que la producción agrícola se mantenga alineada con las crecientes demandas de alimentos. En el escenario idealizado, la producción de alimentos por persona podría aumentar un 161 % entre 2020 y 2100, sin necesidad de invadir tierras adicionales o poner en riesgo la biodiversidad.
Energías renovables: el desafío de un futuro limpio
El estudio también abordó el impacto de las energías renovables en el uso de la tierra. Se estima que los parques solares y eólicos necesitarían entre un 3 % y un 5 % de la superficie terrestre mundial.
Sin embargo, este uso de la tierra no competiría con la agricultura o los hábitats naturales, ya que se podrían implementar en áreas que no afectaran la producción de alimentos. Esto refleja el potencial de las soluciones basadas en la naturaleza para ofrecer una combinación armoniosa entre la necesidad de energía limpia y la protección de los ecosistemas.
Aunque el estudio presenta un panorama esperanzador, también deja claro que hay una brecha significativa entre la situación actual y lo que es necesario hacer para alcanzar los objetivos climáticos globales. Los investigadores sugieren que la adopción masiva de soluciones basadas en la naturaleza debe convertirse en una prioridad urgente.
A pesar de las buenas noticias que este estudio aporta, las conclusiones son claras: para que este futuro se haga realidad, es esencial que los gobiernos, las industrias y los consumidores tomen decisiones radicales y de largo plazo. Esto incluye promover tecnologías agrícolas sostenibles, reducir el desperdicio de alimentos y aplicar reformas políticas que alineen el uso de la tierra con los objetivos climáticos. La buena noticia es que, con la combinación adecuada de tecnología, políticas y acción colectiva, es posible un futuro sostenible para la humanidad.
Referencia de la noticia:
Angelo Guguel, et.al. “Land-use competition in 1.5°C climate stabilization: is there enough land for all potential needs?” Front. Environ. Sci., 11 November 2024