Inusual: ¿Se utilizan aguas residuales como combustible para aviones?
Aunque la idea pueda parecer descabellada, el uso de aguas residuales para producir combustible podría resultar especialmente interesante, sobre todo para limitar la importante contaminación atmosférica provocada por los aviones.
Una nueva empresa británica anunció recientemente que planea utilizar las aguas residuales presentes en nuestras alcantarillas para producir una alternativa al queroseno fósil utilizado en la aeronáutica. Espera lograrlo antes de 2030.
¿Un combustible eficiente y sobre todo sostenible?
La start-up Firefly Green Fluels de Inglaterra está desarrollando actualmente una nueva tecnología para transformar los residuos orgánicos de las alcantarillas en combustible para aviones. Para ello, recupera aguas residuales y, mediante la técnica de licuefacción hidrotermal, obtiene petróleo crudo.
Luego, este aceite se refina para obtener combustible utilizable para su uso en la aviación, con el objetivo de reducir drásticamente la huella de carbono de los vuelos. De hecho, según esta misma empresa, el combustible obtenido tendría una huella de carbono un 90% inferior a la del queroseno tradicional, lo que supondría una auténtica revolución en el ámbito de la aviación, un sector industrial hoy muy contaminante para nuestra atmósfera.
La start-up británica también se ha asociado con la aerolínea húngara de bajo coste Wizz Air para futuras pruebas a gran escala. Las primeras pruebas de laboratorio también han demostrado que este nuevo combustible tendría resultados comparables al queroseno fósil en términos de rendimiento, pero aún está en desarrollo y el primer vuelo de prueba no está previsto hasta dentro de cinco años.
Nuevos tipos de combustibles para reducir el impacto ambiental de la aviación
La iniciativa Firefly Green Fuels no está aislada y otras empresas llevan varios años desarrollando alternativas al queroseno fósil con el fin de desarrollar combustibles de aviación sostenibles (SAF).
En Estados Unidos, LanzaJet, una empresa ubicada en Illinois, también está desarrollando tecnología para producir queroseno sostenible a partir de la fermentación de residuos agrícolas. En Francia, Air Liquide está estudiando la posibilidad de suministrar hidrógeno renovable a los vuelos de corta y media distancia, que es mucho menos perjudicial para el medio ambiente que el queroseno fósil.
Estos nuevos tipos de combustibles, producidos por ejemplo a partir de aceites usados, residuos de madera o incluso algas marinas, se utilizan además del queroseno convencional pero en pequeñas proporciones, lo que no tiene un gran impacto en las emisiones de gases de efecto invernadero.
Si estos nuevos combustibles y nuevas tecnologías se utilizan a mayor escala en los próximos años, el impacto sobre las emisiones globales de gases de efecto invernadero podría ser particularmente significativo y, sobre todo, beneficioso para el medio ambiente. Cabe recordar que el transporte aéreo representa hoy alrededor del 2% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.