La Corona de Cristo: una planta espinosa que enamora y sorprende

A veces, las plantas más resistentes y misteriosas son las más increíbles. La Corona de Cristo, con su apariencia ruda y encanto sutil, es una de esas especies que no pasa desapercibida.

Puede vivir muchos años y llegar a formar arbustos densos y muy vistosos si se le da espacio.

En el mundo de las plantas ornamentales, hay muchas que destacan por sus colores, sus aromas o su rareza. Esta planta, conocida también como Euphorbia milii, ha sido admirada por siglos gracias a su peculiar forma y su capacidad de adaptarse a condiciones difíciles.

Originaria de Madagascar, la Corona de Cristo fue introducida a otras regiones tropicales y subtropicales del mundo por su capacidad ornamental. Se dice que fue llevada a Oriente Medio hace siglos, y que algunas leyendas la vinculan incluso con la corona de espinas usada durante la crucifixión de Jesucristo.

Más allá del mito, esta planta se ha ganado un lugar en patios, terrazas y balcones, gracias a su capacidad de sobrevivir en ambientes secos y calurosos. Es una de esas especies que casi se cuidan solas, lo que la hace perfecta tanto para expertos como para quienes apenas empiezan en el mundo de la jardinería.

Pero hay más detrás de esas flores pequeñas y esos tallos llenos de espinas. La Corona de Cristo tiene una química interesante, formas de propagación muy efectivas y un papel importante en la biodiversidad de las zonas donde se adapta. Incluso tiene usos menos conocidos que te van a sorprender.

En algunas regiones, se cree que tener una Corona de Cristo en casa atrae la protección y aleja las malas energías.

¿Qué es exactamente la Corona de Cristo?

La Euphorbia milii es un arbusto perenne que pertenece a la familia Euphorbiaceae, una familia bastante peculiar que también incluye plantas como la flor de Nochebuena y el árbol de ricino. Lo que distingue a la Corona de Cristo es su tallo leñoso cubierto de espinas, que puede crecer hasta un metro o más si se deja libremente.

Se cree que esta planta fue llevada al Medio Oriente en tiempos antiguos, y que sus espinas inspiraron representaciones de la corona de espinas usada durante la crucifixión.

A pesar de lo que muchos creen, sus flores no son realmente flores, al menos no en el sentido tradicional. Lo que se ve como pétalos de colores (generalmente rojos, rosas, blancos o amarillos) son en realidad brácteas, una especie de hojas modificadas que protegen a las flores verdaderas, mucho más pequeñas y casi invisibles.

Una característica muy interesante de esta planta es que contiene una savia blanca y lechosa que puede ser irritante para la piel y los ojos, así que es buena idea manipularla con cuidado y lavarse bien las manos después de tocarla. Esta savia es parte de su sistema de defensa contra animales que quieran comérsela.

Una de las cosas que más llama la atención de la Corona de Cristo es su capacidad de adaptarse a climas extremos. Es una planta suculenta, lo que significa que almacena agua en sus tallos, permitiéndole resistir largos periodos de sequía sin problema.

Se lleva muy bien con el sol directo, necesita muy poco riego y se adapta mejor a suelos ligeros y con buen drenaje. Por eso es perfecta para regiones calurosas o para quienes no tienen tiempo de estar regando todos los días. Aun así, no le gusta el frío extremo, así que si vives en un lugar donde cae mucha helada, mejor protégela.

Su mezcla de espinas y flores ha inspirado interpretaciones sobre la dualidad entre lo bello y lo doloroso.

Cómo propagarla en casa

Una parte interesante de la Corona de Cristo es que se propaga muy fácilmente por esquejes. Basta con cortar una ramita, dejarla secar un día o dos para que la savia cicatrice, y luego plantarla en una maceta con sustrato seco. En pocos días empieza a echar raíces si las condiciones son favorables.

A pesar de su apariencia frágil, puede sobrevivir más de 10 años en maceta sin necesidad de trasplante

Eso sí, como ya dijimos, su savia puede ser tóxica, así que lo ideal es hacerlo con guantes y no tocarse la cara durante el proceso. Algunos jardineros incluso usan un poco de canela en polvo o carbón activado en el corte para evitar infecciones fúngicas.

Es resistente a plagas, aunque puede ser atacada por cochinillas o pulgones si las condiciones no son las ideales. Un buen tip es revisar de vez en cuando sus hojas y tallos, y si aparece algo raro, limpiar con un trapo húmedo o aplicar jabón potásico.

Ya sea que la tengas por su significado espiritual, por lo decorativa que resulta o simplemente porque se da sin mucho esfuerzo, la verdad es que vale la pena tenerla cerca. Y ahora que sabes todo esto, seguro la vas a mirar con otros ojos la próxima vez que te la encuentres.