La furia del ex huracán Kirk llega a Europa con lluvias torrenciales y vientos huracanados
Kirk llegó a ser un huracán mayor en el Atlántico central y ahora llega a Europa como un profundo sistema de baja presión que amenaza con lluvias torrenciales y ráfagas muy intensas. El norte de España, sur de Francia y la región alpina serán las más afectadas.
El huracán Kirk se inició sobre una onda generada en el norte de África que emergió al océano Atlántico. Este tipo de huracanes estuvieron algo inhibidos esta temporada ya que la mayoría de las ondas tropicales que se desarrollan sobre el norte de África se han desarrollado más al norte, lo que llevó entre otras cosas a que el desierto del Sahara tuviera lluvias históricas, algo que te contamos en Meteored a principios de septiembre.
Una vez desarrollado Kirk viró su desplazamiento hacia el norte sobre el Atlántico central, y se transformó en un poderoso huracán mayor de categoría 4. Al estar en alta mar sus efectos se derivaron especialmente al oleaje que llegó con fuerza a las islas Azores y generó mar de fondo a cientos de kilómetros de su ubicación. Generalmente cuando los huracanes se mueven hacia el norte su vida tiende a ser menor.
Un movimiento al norte de un huracán en el Atlántico central significa navegar sobre aguas más frías, lo que lo lleva a perder las condiciones necesarias para ser un sistema tropical. Pero Kirk sobrevivió como sistema tropical hasta este lunes 7 de octubre. Allí perdió esa condición y se transformó en un sistema extra-tropical asociado ahora a sistemas frontales (algo de lo que carecen los sistemas tropicales).
Kirk no pasará desapercibido
Para completar su historia, en la mañana de este martes 8 de octubre el remanente de Kirk avanzaba claramente hacia el este, en dirección del Golfo de Vizcaya. Las primeras estimaciones apuntaban a una trayectoria más al norte sobre el norte de Francia, Benelux y Alemania. Pero finalmente una poderosa corriente en chorro de niveles altos fue la encargada de dominar su movimiento que estará desplegándose más al sur.
Será el norte de España una de las zonas más afectadas, especialmente Galicia y la costa cantábrica, donde se esperan lluvias torrenciales y ráfagas muy por encima de los 100 km/h. Es que el ex-Kirk reforzará un río atmosférico que llevará lluvias intensas no solo al norte de España, sino a buena parte de la península Ibérica, el centro y sur de Francia y la zona de los Alpes.
El marcado gradiente de presión que se asocia a este sistema llevará viento intenso a buena parte del centro de Europa, pero especialmente a España y Portugal, Francia, el norte de Italia y la zona alpina, incluyendo el sur de Alemania. La llegada de remanentes de sistemas tropicales a Europa es algo relativamente frecuente durante el otoño, como en este caso, los sistemas son atrapados por la corriente en chorro polar que los mueve directamente hacia el viejo continente.
De los pronósticos a la realidad
Pero el caso de Kirk es especial por la intensidad con la que llega a la costa europea. En cierta forma la profundización que logró hasta huracán mayor permitió que al transformarse en sistema extra tropical sea muy intenso. Aunque será un tema de análisis posterior, es posible que las condiciones de un Atlántico central más caliente hay ayudado a la potenciación de Kirk antes de ser atrapado por la corriente de los oestes.
Hasta la mañana del lunes 8 el National Hurricane Center (NHC) de los Estados Estados Unidos con sede en Miami, estimaba que Kirk tenía chances de avanzar sobre el norte de Francia como tormenta tropical o depresión tropical, llegando incluso hasta Alemania o Dinamarca. Finalmente lo que resultó estuvo en sintonía con lo que estimaban los servicios de meteorología de diferentes países europeos: Kirk llegó como sistema extra-tropical, como una gran borrasca, para usar terminología española.
Para un análisis más amplio, Kirk nos ayuda a entender cómo este tipo de sistemas tropicales son esenciales para generar un gran transporte desde zonas cercanas al Ecuador hacia latitudes medias. En una atmósfera más caliente estos procesos podrán estar afectados, aunque todavía no queda muy claro de qué manera específica para esta parte del océano Atlántico.