Los estadounidenses se preparan para un colapso con tintes apocalípticos, como consecuencia del eclipse solar
Un eclipse debe ser uno de los espectáculos más maravillosos que podemos disfrutar… a menos que los turistas que lleguen a tu ciudad para observarlo, la hagan colapsar.
El 8 de abril de 2024, la sombra de la Luna oscurecerá por completo los cielos en parte de Norteamérica durante unos cinco minutos, haciendo que el día se transforme en noche.
Hace algunos siglos, este evento era motivo de temores por parte de la población, atribuyéndole poderes sobrenaturales. Hoy sabemos que un eclipse no tiene nada de taumaturgia, sino que es algo que se puede explicar de manera simple y racional.
Pero en los poblados que tienen la suerte de estar en esa franja de 185 kilómetros de ancho donde se hará la noche en pleno día, de México a Canadá y atravesando los Estados Unidos, hay temor a una crisis relacionada con este evento astronómico, la que ha sido ¿motorizada? por autoridades locales.
Apocalipsis turístico en ciernes
Las autoridades de Gestión de Emergencias del Condado de Lorain, en Ohio, han emitido una serie de recomendaciones para los residentes y visitantes entre las que se recomienda abastecerse de alimentos, agua y combustible antes de este evento, como si se tratara de un apocalipsis inminente.
Es que, para este eclipse, el Sol estará en el máximo solar o cerca de él, y esto aumenta las chances de que las protuberancias solares, esas serpentinas flagrantes que se desprenden de su superficie, sean más visibles en toda la corona que en otras ocasiones. Incluso la NASA advirtió que “es probable de observar una eyección de masa coronal (una gran erupción de material solar) durante el eclipse".
La gran afluencia de turistas que esperan disfrutar de esos pocos minutos maravillosos que nos dará el evento celeste, está haciendo que se preparen zonas a lo largo del camino de la totalidad, donde la sombra lunar será absoluta.
En tal sentido, se espera un aumento del tráfico y del tiempo de espera en públicos como hospitales, dificultades para acceder al suministro de alimentos y combustibles entre otros suministros. La gran cantidad de gente puede hacer colapsar también los sistemas de comunicación celular debido al aumento de la actividad de los teléfonos móviles en la zona, sobrecargando el sistema.
Preparándose para los problemas
Todas las ciudades a lo largo del camino del eclipse, grandes y pequeñas, se verán abrumadas por los turistas del eclipse.
Algunas como Indianápolis, se están preparando para una paralización o al menos ralentización de su tráfico. El Departamento de Transporte de Indiana está limitando cualquier construcción en el área a lo largo del camino de la totalidad. La Policía Estatal de Indiana hará que todos los agentes trabajan ese día.
No sólo es el problema de la congestión. El aumento de las demoras puede impulsar una conducción agresiva por parte de los impacientes, lo que puede causar un aumento en el riesgo de accidentes.
En Oklahoma se está instalando una red de cámaras portátiles para monitorear la congestión del tráfico ese día El Departamento de Transporte de Texas planea tener grúas en espera para hacer frente a cualquier incidente. También existe la preocupación de que los conductores puedan provocar incendios al detener sus vehículos calientes sobre pasto seco.
¿Exagerado?
Los temores pueden parecer exagerados, pero no carecen de fundamentos y precedentes.
En sectores de Texas esperan que sus poblaciones se multipliquen de manera temporal. Kerrville, una ciudad de 25.000 habitantes estima recibir casi medio millón de visitantes. Ya hubo antecedentes en el eclipse anterior.
En 2017, unos cinco millones de personas viajaron hacia la trayectoria de totalidad del eclipse, y casi todos los asistentes al eclipse llegaron a destino en coche, ya sea conduciendo directamente o tomando un vuelo a un aeropuerto cercano y conduciendo el resto del camino.
Muchas localidades no están preparadas en términos de infraestructura para tamaña cantidad de turistas. Muchas de las carreteras son de dos carriles, lo que puede ralentizar en extremo la circulación vehicular.
Si bien el espectáculo astronómico promete ser memorable, los retos logísticos y de seguridad para las localidades situadas en el camino de la totalidad no deben hacernos olvidar de la importancia de disfrutar de este evento de manera segura, recordando a los espectadores la necesidad de proteger sus ojos con gafas especializadas para la observación de eclipses.