Nepal contrata esta ingeniosa solución para limpiar el Everest
La montaña más alta del mundo necesita un respiro y librarse de las toneladas de basura y excrementos humanos acumulados por culpa del turismo masivo de aventura. Tras el fracaso de las medidas sancionadoras, le toca intentarlo a la tecnología.
Desde hace años, el monte Everest tiene un grave y creciente problema con la acumulación de basura. Según datos del ejército de Nepal, actualmente acumula alrededor de 140 toneladas de residuos, 40 toneladas de excrementos humanos y más de 300 cuerpos de escaladores fallecidos.
Las durísimas condiciones en la montaña dificultan la recogida y el transporte de los residuos, lo que hace que se hacinen en las áreas de campamento y en las rutas de ascenso hasta el punto de que, hoy, el Everest recibe el sobrenombre de “el vertedero más alto del mundo”.
¿El motivo? En la era dorada de la movilidad, el Everest se ha convertido en la meta más codiciada del turismo de aventura, a pesar de que alcanzar su cima tiene un coste económico superior a los 30 000 euros entre permisos, equipamiento, comida, oxígeno suplementario y guías sherpas.
Del "milagro" económico a la crisis ambiental
El Everest también ha supuesto un “milagro” económico para Nepal, una de las naciones más pobres de Asia, que ha hecho de la montaña una de sus principales fuentes de riqueza. Cada año, las expediciones al Everest dan empleo a un millón de personas, desde valijeros hasta pilotos.
Sin embargo, las autoridades del país llevan tiempo siendo conscientes de que el masivo tráfico humano está poniendo en riesgo el ecosistema del monte, que necesita urgentemente un respiro.
Por ello, Nepal empezó a condicionar los permisos de escalada –y la recuperación de una fianza de 4000 dólares americanos (unos 3593,40 euros)– a que los escaladores trajesen de vuelta una cierta cantidad de basura. Desde este mismo año, por una orden de su Tribunal Supremo, también han empezado a limitarse estos permisos.
Pero estas medidas no han sido suficientes para abordar la crisis ambiental, por lo que el Gobierno del país asiático está a punto de poner en marcha otra solución basada en la tecnología.
Innovación tecnológica para recuperar la pureza del Everest
Después de las pruebas exitosas realizadas el pasado mes de abril, Nepal ha anunciado que va a utilizar drones de alta tecnología para limpiar las zonas más inaccesibles del Everest.
Se trata de drones de larga distancia de la compañía Da Jiang Innovations (DJI), fabricados en China, que desde este mismo otoño comenzarán a retirar residuos. Una campaña que se intensificará durante la temporada de escalada de la primavera de 2025.
Estos vehículos aéreos no tripulados están diseñados para operar en condiciones extremas, es decir, son capaces de volar a grandes altitudes y soportar bajas temperaturas.
Además, pueden llegar a las áreas más escarpadas del monte, liberando de esa complicada misión a quienes tradicionalmente se han estado jugando la vida para retirar las basuras: los sherpas.
Proteger la vida de los sherpas
La utilización de estos drones mejorará de un modo significativo la seguridad de los trabajadores que, hasta ahora, se ocupan de la limpieza del Everest exponiéndose a los peligros inherentes a altitudes elevadas y a condiciones climáticas extremas e impredecibles.
Solo entre abril y mayo del año pasado, seis sherpas murieron en la montaña por accidentes, agotamiento y frío, entre otros motivos, por tareas de limpieza para retirar botellas vacías, envoltorios de comida, cuerdas y otros materiales, a más de 8000 metros de altitud.
En breve, serán los drones los que accederán a las áreas más inaccesibles y trasladarán los residuos a zonas seguras para su adecuado tratamiento, evitando estas trágicas muertes.
Colaboración entre Nepal y China
La colaboración internacional entre Nepal y China ha sido imprescindible para la puesta en marcha de este ambicioso proyecto.
Ambos países aúnan fuerzas con el objetivo preservar el ecosistema de la montaña más alta del planeta, símbolo mundial de la superación humana, cuyo lamentable estado actual afecta de manera significativa al ecosistema local.
En pocos meses podrá evaluarse este nuevo sistema de gestión de los residuos. De momento, todas las esperanzas están puestas en la tecnología que llega de la mano de los drones para minimizar el impacto ambiental del turismo de alta montaña.
El objetivo, a medio plazo, es garantizar que las futuras generaciones puedan disfrutar del Everest en su estado más puro.