¿Por qué es tan difícil no dar marcha atrás y disfrutar? La ciencia descubre que la obesidad tiene memoria

En ocasiones se cree que basta con una dieta para resolver el exceso de peso, situación que no ocurre la mayoría de las veces. ¡Descubre más sobre este tema con nosotros!

Obesidad
La obesidad es un problema de salud que afecta cada vez más a niños y jóvenes. Un estilo de vida cada vez más sedentario tendrá implicaciones en la calidad de la salud de la población en el futuro.

Después de una fuerte pérdida de peso, en ocasiones se produce el llamado “efecto yo-yo”. Los motivos de este evento están relacionados, según un estudio difundido este mes, con la memoria presente en las células del tejido adiposo. Estos, recordados por la obesidad, acaban combatiendo un cambio brusco relacionado con la pérdida de peso..

La obesidad deja una profunda huella en el organismo de quienes padecen este problema

Esto acaba explicando la dificultad que tiene la mayoría de las personas que pasan por el proceso de dieta para mantener un peso saludable en el tiempo, algo que puede tener consecuencias muy negativas para su salud a largo plazo.

Nuevo estudio

Un nuevo estudio, desarrollado por el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) y publicado la semana pasada en la revista científica Nature, demuestra que el efecto acordeón, la recuperación del peso perdido durante una dieta, está relacionado con la memoria del tejido adiposo. Éste es más fuerte de lo que nadie pensaba.

Alimentación
Para quienes padecen obesidad, la búsqueda de alimento es casi siempre constante.

El tejido adiposo, es decir nuestra grasa corporal, conserva memoria de situaciones de obesidad, ya que durante largos períodos se han registrado cambios transcripcionales y epigenéticos celulares.

Esto explica por qué las personas obesas tienen más probabilidades de recuperar gran parte del peso perdido en comparación con aquellas con un peso normal. ¡Hasta ahora se desconocían las verdaderas razones!

La obesidad es una enfermedad crónica caracterizada por un exceso de grasa acumulada en el cuerpo. Resulta de un desequilibrio entre las calorías ingeridas a través de los alimentos y la cantidad de calorías gastadas mediante el ejercicio físico o las actividades diarias.

Vale recordar que la obesidad deja una profunda huella en el organismo de quien padece este problema. A pesar de dietas, cirugías o tratamientos para adelgazar, la amenaza de recuperación es real y deja huellas psicológicas, además de físicas. Con este estudio, la ciencia demuestra que a pesar del estigma que rodea a la obesidad, ésta no es una cuestión de voluntad ni siquiera de falta de esfuerzo.

Peso
El subir a la báscula, el miedo y la forma de afrontar el resultado son cicatrices psicológicas difíciles de superar para quienes padecen obesidad.

Causas y consecuencias

La memoria de nuestro tejido adiposo parece ser un mecanismo de defensa, una protección contra los cambios bruscos de peso. Se sabe que mantener un peso ideal tiene impactos positivos en la salud humana, sin embargo también se sabe que los cambios bruscos (ya sean aumentos o disminuciones de peso) no son beneficiosos para la salud humana.

A pesar de dietas, cirugías o tratamientos para adelgazar, la amenaza de recuperación es real y deja huellas psicológicas, además de físicas.

El tejido adiposo está acostumbrado a una determinada cantidad de grasa y en cuanto la pierde responde con predisposición a recuperar rápidamente el peso perdido. Comprender este mecanismo puede ayudar a desarrollar nuevas estrategias para combatir la obesidad y mejorar las condiciones de salud de la población con sobrepeso.

En Portugal existen tres medicamentos aprobados por Infarmed para el tratamiento de la obesidad: orlistat, una combinación de naltrexona y bupropión y liraglutida (nombres de los principios activos de los fármacos).

Existe la posibilidad de desarrollar fármacos que ayuden a modificar la epigenética de las personas obesas, de alguna manera “limpiando” y redefiniendo la memoria del tejido adiposo para potenciar la pérdida de peso en el tiempo. Este estudio, con todas sus limitaciones, ayuda a reducir el estigma presente cuando se habla de obesidad, enfatizando la necesidad de un seguimiento personalizado y a largo plazo de la población que pretende perder peso.

También puede allanar el camino para la concienciación sobre la importancia de invertir en prevención, particularmente en atención primaria de salud, cuyo objetivo es reducir la incidencia de uno de los problemas de salud pública más graves en las próximas décadas.