¿Sabías que las algas pueden beneficiar a las plantas de tu jardín?
Las algas marinas pueden hacer que las plantas sean más vivaces, con más frutos, flores e incluso un suelo más sano. Descubre aquí los beneficios de esta maravilla natural.

Según Homes & Gardens, las algas ofrecen una gran cantidad de propiedades beneficiosas que pueden significar plantas felices y un suelo sano en tu jardín.
Esta maravilla natural puede añadirse al suelo, utilizarse como cobertura vegetal, añadirse a los montones de compost o aplicarse directamente a las plantas como abono a base de extractos de algas marinas.
Según los jardineros, el uso de algas marinas en el jardín aporta varios beneficios importantes, como plantas más fuertes y sanas, mejor estructura y salud del suelo y más flores, frutas u hortalizas.
Principales razones para usar algas en tu jardín
Todos los jardineros se esfuerzan por tener un jardín lleno de plantas saludables y prósperas.
Las plantas tienen mayor vigor
Las algas son ricas en compuestos que benefician el crecimiento saludable de las plantas a lo largo de su vida.
Angharad James
Los compuestos contenidos en las algas estimulan procesos esenciales en las plantas que regulan su crecimiento y fomentan un crecimiento saludable.
Según Angharad James, gerente de productos de Maxicrop, hay dos hormonas naturales presentes en las algas marinas, las citoquininas y las auxinas, que desempeñan un papel beneficioso al ayudar a las plantas tanto por encima como por debajo del suelo.
Las citoquininas retardan el envejecimiento celular, lo que ayuda a las plantas a mantener sus hojas verdes y realizando la fotosíntesis durante más tiempo. Las auxinas promueven el crecimiento de las raíces, asegurando una mejor fijación y absorción de nutrientes.
Mejora de la calidad del suelo
Las algas promueven la actividad microbiana beneficiosa en el suelo, ya que los carbohidratos y polisacáridos que contienen actúan como fuente de alimento para los microorganismos del suelo.

Estos microbios, incluidas las bacterias y los hongos, son el motor de los ecosistemas de suelo saludables y ayudan a descomponer la materia orgánica, liberar los nutrientes atrapados y mejorar la estructura del suelo, creando un entorno de crecimiento ideal.
Mayor cantidad de flores y frutos, y plantas más fuertes
Las algas son naturalmente ricas en cobre, hierro, manganeso y zinc. Estos oligoelementos tienen un gran impacto en la salud y el desarrollo de las plantas, a pesar de que se requieren en menores cantidades.
Los altos niveles de potasio ayudan a favorecer la floración y la fructificación durante toda la temporada de crecimiento, lo que beneficia el desarrollo de brotes y más flores, junto con la formación y maduración de la fruta para muchos cultivos caseros sabrosos.
Cuando las plantas se enfrentan al calor, la sequía o las heladas, las algas contienen compuestos como betaínas y antioxidantes que ayudan a las plantas a hacer frente a estas tensiones.
Las betaínas actúan como osmoprotectores, que son pequeñas moléculas orgánicas que ayudan a los organismos a mantener la hidratación celular bajo estrés hídrico.
Mientras tanto, los antioxidantes combaten el daño oxidativo causado por condiciones ambientales extremas, manteniendo las plantas sanas por más tiempo. Unas plantas fuertes y sanas también serán más resistentes a plagas y enfermedades.
¿Qué plantas se benefician más de las algas?
Según la experiencia de Fern Berg, especialista en árboles frutales, ha utilizado algas para cultivar tomates, pimientos y pepinos y siempre ha tenido plantas exuberantes y cosechas abundantes.
Además de los cultivos frutales, las algas también benefician a los tubérculos como las zanahorias, ya que las auxinas promueven el crecimiento de las raíces y las raíces prosperan con una estructura del suelo mejorada.
Las algas también se recomiendan para diversos cultivos frutales, incluido el cultivo de frutillas y arándanos.
¿A qué plantas no les gusta el fertilizante de algas?
Las plantas a las que no les gusta el fertilizante de algas tienden a ser aquellas que prosperan en suelos con pocos nutrientes.
Por ejemplo, las hierbas tolerantes a la sequía, como la lavanda, el romero y otras hierbas mediterráneas, no se benefician de los nutrientes proporcionados por las algas y prefieren suelos más magros y bien drenados.
Otras plantas no aptas para el uso de fertilizantes de algas marinas incluyen cactus, suculentas y plantas del desierto.