¿Té o café? Una de estas infusiones puede mejorar tu calidad de vida
Tanto el café como el té ofrecen beneficios contra el envejecimiento y la pérdida de peso. Sin embargo, una de las dos infusiones saca ventaja. En este artículo te contamos cuál es y por qué deberías elegirla.
Las infusiones son las bebidas preferidas para comenzar el día. Si bien existen nuevas tendencias donde los jugos naturales e incluso las bebidas energizantes ganaron terrero, las más tradicionales continúan siendo el té y el café, con toques personales que pueden incluir el agregado de leche o endulzantes.
Lo cierto es que optar por una de estas bebidas en particular puede incluir beneficios para la salud, ya que en ambos casos existen propiedades intrínsecas que podrían proporcionar un mayor bienestar entre quienes las incorporan en sus dietas. Quizá no sólo debamos escoger por gustos personales, sino también por el beneficio que obtendremos al ingerirlas, que van desde la prevención de enfermedades hasta una reducción en la curva de envejecimiento natural.
La investigación sobre el té
Un estudio recientemente publicado por el China Multi-Ethnic Cohort en asociación con el UK Biobank incluyó a 7.931 participantes de entre 30 y 79 años en China y 5.998 participantes de entre 37 y 73 años en el Reino Unido. La información sobre el consumo de té se recopiló a través de cuestionarios y la aceleración de la edad biológica (BA) se calculó utilizando biomarcadores clínicos y mediciones antropométricas basadas en el método Klemera Doubal (KDM).
Durante una mediana de seguimiento de 1,98 años en China y 4,50 en Reino Unido, se comprobó que el consumo de te esta asociado de manera constante con una desaceleración atenuada de la BA. Los científicos tambien concluyeron en que esa relación se hace más intensa entre los bebedores constantes de la infusión preferida por orientales e ingleses.
La mejor relación entre exposición-respuesta sugirió que consumir alrededor de 3 tazas de té o 6-8 g de hojas de té al día puede ofrecer los beneficios antienvejecimiento más evidentes.
¿Qué pasa con los que beben café?
Los fanáticos de esta infusión pueden quedarse tranquilos. Esta bebida también incluye una potente combinación de antioxidantes que funcionan contra los radicales libres en el cuerpo, incluidas las quininas y el ácido clorogénico.
Además, el café contiene cafeína, que puede aumentar la tasa metabólica y mejorar la forma en que el cuerpo quema calorías, por lo tanto cuando se lo combina con ejercicio y una dieta nutritiva, este impulso metabólico puede ayudar a las personas a perder peso. Pareciera entonces que el café no tiene que envidiarle demasiados atributos al té.
Los componentes milagrosos del té verde
Esta variedad en particular contiene compuestos muy específicos, como el galato de epigalocatequina (EGCG) o la catequina, que pueden aumentar el metabolismo, fomentar la quema de grasa e incluso combatir el estrés oxidativo. El té verde también contiene L-teanina, un aminoácido que ayuda a las personas a relajarse y hacer frente al estrés.
La sustancia estrella del té verde es la epigalocatequina (EGCG). Este componente es 20 veces más antioxidante que la vitamina E y 100 veces más que la vitamina C y ayuda a prevenir el cáncer de vejiga, esófago, ovarios y páncreas.
Es que el té contiene antioxidantes y polifenoles, que pueden ayudar a disminuir la inflamación, eliminar los subproductos dañinos de los procesos biológicos y acelerar la rotación celular. Además, los polifenoles son cruciales para mantener nuestra flora intestinal, lo que afecta a la inmunidad, el metabolismo y la función cognitiva.
¿Y si combinamos ambas infusiones?
Un trabajo a cargo de científicos de la Universidad de Maastricht en Países Bajos, concluyó que el té verde junto a la cafeína mejora el mantenimiento del peso en pacientes que hacen un consumo bajo habitual de este estimulante. Este fenómeno se debía, según los autores, a la termogénesis y a la oxidación de las grasas.
La publicación Obesity research también confirma esta teoría y agrega que “la combinación del té verde y la cafeína mejora las posibilidades de mantenimiento del peso después de haber perdido varios kilos. Este fenómeno se debe, según los autores, a la termogénesis y a la oxidación de las grasas.