¡Una increíble aurora ha sido captada desde la Estación Espacial Internacional!

Este fenómeno, que se puede observar en latitudes altas, se muestra aun más increíble desde el espacio, ya que permiten captar su extensión y dinamismo. En esta ocasión, la órbita pasaba entre Australia y la Antártida.
El comienzo de mes nos ha dejado muchas sorpresas. Entre ellas, nuevas imágenes impactantes de auroras danzando sobre los cielos, capturadas por Don Pettit desde la Estación Espacial Internacional, mientras su órbita transitaba entre Australia y la Antártida.
Las auroras polares, que pueden ser boreales o australes, son fenómenos luminosos que ocurren en las capas superiores de la atmósfera en latitudes altas. Estas son el resultado de la interacción entre el viento solar y el campo magnético terrestre que liberan energía en forma de luz .
Este evento fue documentado y compartido en un video por el astronauta, por medio de la plataforma X el pasado 04 de abril del 2025. En este, se pueden apreciar los magníficas luces en una vibrante tonalidad verde, para después transformarse en los colores azul y magenta hacia el horizonte.
Aurora seen today from @Space_Station while orbit was passing between Australia and Antartrica; photographer @astro_jannicke now on the private FRAM2 space mission will be having an even better view in their polar orbit. pic.twitter.com/8IIiWBDtu8
— Don Pettit (@astro_Pettit) April 4, 2025
¿Cómo se forman las auroras?
Quizá no lo sabías, pero nuestro Sol mantiene una constante actividad, emitiendo corrientes de partículas cargadas de energía denominadas como viento solar. Esta varía entre períodos o ciclos de entre 10 a 12 años. Durante la fase creciente del ciclo solar, ocurren erupciones solares atmosféricas y eyecciones de masa coronal.
Durante la mayor velocidad del viento solar, partículas cargadas de energía escapan por las líneas abiertas de su campo magnético, que viajan a través del espacio. Cuando estas partículas alcanzan la Tierra, chocan con nuestro escudo protector: el campo magnético.
Sin embargo, en las regiones más cercanas a los polos magnéticos, este escudo es más débil, canalizando las corrientes de partículas cargadas hacia los polos. Estas, que son principalmente electrones y protones, colisionan con los átomos y moléculas de los gases de las capas superiores de la atmósfera terrestre.

Gracias a esto, las partículas cargadas de energía penetran hasta la ionósfera, interactuando principalmente con átomos de oxígeno y nitrógeno; excitándolos y llevándolos a un estado de mayor energía. Una vez regresan a su estado normal, estos liberan energía que se emite en forma de luz en diferentes longitudes de onda.
El color de la aurora dependerá de esto último, además del tipo de gas y la altitud a la que se produce la interacción. Por ejemplo, la excitación del oxígeno generará tonos verdes y amarillos, mientras que la del nitrógeno puede producir los tonos azules, rojos y magentas; e incluso en raras ocasiones, auroras color rosa.
Auroras desde el espacio: una nueva perspectiva
Mientras que desde la superficie terrestre las auroras se aprecian de forma tenue y localizada según las condiciones lumínicas del lugar, desde el espacio se puede apreciar su verdadera magnitud y estructura, permitiendo entender su dinámica a gran escala.
Además, su observación desde la atmósfera superior -más allá de los 100 y 300 kilómetros de altitud- permite a los científicos conocer mejor la interacción entre las partículas solares y nuestra atmósfera. Esto puede ayudar a comprender mejor los procesos energéticos, además de otros fenómenos asociados y el impacto del viento solar en el clima espacial.