Adiós a las plagas de palomas: utilizan anticonceptivos para controlar la natalidad de las aves
Muchas ciudades ya redujeron la población de palomas gracias a este método innovador y ético. Las pastillas anticonceptivas contienen nicarbazina, que bloquea la formación de huevos en las aves.
Ya sea en una plaza bulliciosa o un parque sereno, una escena común entre las personas se repite: la alimentación de las palomas. Este acto, aparentemente inofensivo, ha arraigado en la cultura urbana de diversos países, convirtiéndose en una actividad cotidiana para muchos. Desde el jubilado que reparte migas con ternura, hasta el niño que ríe mientras lanza trozos de pan, la práctica de alimentar a estas aves trasciende generaciones y brinda momentos de conexión con la naturaleza en medio del ajetreo citadino.
Sin embargo, detrás de esta aparente armonía se esconde un desafío creciente: el control de las poblaciones de palomas y las consecuencias que su proliferación puede acarrear para la salud pública y el entorno urbano.
El ritmo vertiginoso de reproducción de las palomas, que pueden llegar a reproducirse hasta 12 veces al año con una esperanza de vida de hasta cinco años, ha llevado a un rápido aumento en su población. Sin embargo, un factor crucial que ha exacerbado este fenómeno es la práctica común de alimentar a estas aves por parte de los ciudadanos.
Es común observar cómo las palomas son alimentadas con alimentos inadecuados, como restos de pastas y pasteles, lo que contribuye a que desarrollen problemas de salud, incluso sobrepeso. Esta alimentación suplementaria altera el equilibrio natural, evitando la selección natural y permitiendo que los especímenes más débiles sobrevivan, lo que puede llevar a una degeneración de la especie.
Además, la comida no consumida por las palomas no solo representa un riesgo para su salud, sino que también atrae a otras plagas, como las ratas, que encuentran en estos excedentes una fuente abundante de alimento, lo que contribuye aún más al desafío del control de plagas en entornos urbanos. Ante tales circunstancias, se hace evidente la necesidad de abordar este problema con medidas contundentes y creativas, buscando un equilibrio entre la conservación de estas aves y el mantenimiento de entornos urbanos saludables para todos.
Anticonceptivos para palomas
Parece una idea sacada de Hollywood, pero algunas ciudades encontraron la solución en una píldora para el control de la natalidad. Sí, un anticonceptivo para palomas. A diferencia de las mujeres que toman anticonceptivos orales, las palomas no tendrán que lidiar con el irritante tema del cumplimiento diario. Tampoco se asustarán si se pierden un día.
Diseñada por Innolytics, la píldora, llamada OvoControl P, se administra a las palomas de manera indiferente y se coloca entre el alimento para pájaros en comederos, donde luego las aves pueden ingerir sin darse cuenta. La píldora contiene la sustancia nicarbazina, que interfiere con el desarrollo del huevo, impidiendo que eclosione. Por lo tanto, se considera una forma más natural o humana de lidiar con la molesta población de palomas.
En la región de Ixelles y la ciudad de Bruselas, se implementaron estas medidas innovadoras con resultados sorprendentes. En Ixelles, la población de palomas se redujo drásticamente al 50 % alrededor de la Rue de Hennin y la Place Blyckaerts entre finales de noviembre de 2022 y agosto de 2023. En la plaza Clémentine de Laeken, la población también se redujo en más del 50 % entre 2019 y principios de 2022. Tras cinco años de implementación, se espera que las poblaciones disminuyan hasta en un 80 % en estas áreas.
Otras ciudades también han utilizado este método para controlar la natalidad de estas aves. Los Países Bajos comenzaron con esta práctica en 1970, Suiza en 1980 y España hace unos 20 años. En EEUU, ciudades como Chicago, Los Ángeles y New York también utilizan anticonceptivos de palomas.
No hay peligro para otras aves
Los veterinarios aseguran que este método no representa ningún peligro para las palomas ni para ninguna otra ave o mascota que consuma el anticonceptivo. El sistema se enfoca en lugares con grandes grupos de palomas, que representan el 15 % de las poblaciones pero controlan el 90 % de la reproducción.
El producto se distribuye en granos de maíz recubiertos con un agente antiparasitario que tiene como efecto secundario la anticoncepción. La nicarbazina, el ingrediente activo, tarda 7 días en surtir efecto y solo afecta a las palomas que comen el maíz todos los días. Y cómo los granos son grandes, las aves más pequeñas no pueden ingerir el producto.
En un mundo donde la convivencia entre humanos y animales urbanos es cada vez más crucial, soluciones como esta demuestran que incluso en situaciones extremas, la innovación puede ofrecer alternativas más compasivas y efectivas.