Científicos australianos descubren "por casualidad" que la vida en la Tierra es mucho más antigua de lo que pensábamos
Un encuentro fortuito en la remota Australia y años de minuciosos análisis han hecho retroceder 750 millones de años las pruebas de los inicios de la vida compleja en el planeta.
La Dra. Erica Barlow, geobióloga de la Universidad de Nueva Gales del Sur (UNSW), descubrió una nueva forma de comprender cómo se formó la vida en el planeta analizando una roca que había colocado sobre su escritorio.
Barlow encontró esta roca durante un viaje de estudios al interior de Australia Occidental hace una década.
Estudió estromatolitos como parte de su proyecto de investigación de pregrado y pasó sus días en Pilbara mapeando el área y analizando las estructuras rocosas. Barlow regresaba al campamento cuando llamó su atención una pequeña roca negra brillante que reflejaba la luz del sol. Destacaba en el paisaje rojo, por lo que lo recogió como recuerdo de su viaje.
La misteriosa roca escondía algunos secretos
La roca estuvo varios meses sobre la mesa de Barlow en el Centro Australiano de Astrobiología mientras trabajaba en su proyecto sobre estromatolitos. Su supervisor en la UNSW, el profesor adjunto Martin Van Kranendonk, vio la roca -conocida como chert negro- y la animó a buscar microfósiles en su interior. Lo que Erica vio la conmocionó.
La mayoría de los microfósiles tienen forma de filamentos largos, pero este fósil era redondo.
El Gran Evento de Oxidación y el desarrollo de la vida en la Tierra
La datación independiente de las capas de roca que rodean el chert negro incrustado sugiere que los microfósiles tienen unos 2.400 millones de años.
Esta estimación de edad coincide con el "Gran Evento de Oxidación": un punto de inflexión volátil en la historia de la Tierra cuando los niveles de oxígeno en la superficie del planeta aumentaron dramática e irreversiblemente.
Barlow dice que el aumento brusco y único del oxígeno se ha relacionado teóricamente con el desarrollo de toda la vida compleja en la Tierra, pero no había nada en el registro fósil que demostrara esta teoría... hasta ahora.
La única vida conocida que existía antes del Gran Evento de Oxidación era la "procariótica": organismos simples, unicelulares y sin núcleo, como las bacterias.
Sin embargo, la forma comparativamente compleja y el gran tamaño del fósil que encontró el Dr. Barlow sugieren que su forma de vida puede haber sido un paso temprano hacia una forma de vida "eucariota": es decir, una forma de vida compleja, generalmente multicelular, que tiene un núcleo.
Este evento a veces se conoce como la "catástrofe del oxígeno", catastrófico para muchas formas de vida en ese momento, que necesitaban ambientes con poco oxígeno para sobrevivir.
Si investigaciones futuras confirman esta teoría, este fósil sería la evidencia más antigua conocida de vida compleja en la Tierra, pero podría pasar algún tiempo antes de que la tecnología esté en una etapa en la que esto pueda evaluarse.