El insecto que domina el mundo y que siempre se las ingenia para entrar a tu casa: ¿cómo lo hace y cómo evitarlo?
Con su increíble habilidad para organizarse y compartir información, no es de extrañar que estén por todas partes. ¿Qué hacer cuando invaden tu casa? Aquí, algunos consejos prácticos.

Es muy probable que haya una hormiga cerca tuyo en este momento. Y no es necesariamente porque tu casa esté sucia, sino más bien por una cuestión matemática: se estima que hay unos 20 cuatrillones de hormigas en el planeta, es decir que, por cada ser humano, hay unos 2,5 millones de hormigas. Es lógico que alguna esté merodeándote ahora.
Existen alrededor de 22 mil especies de hormigas, y cada una tiene habilidades distintivas. Algunas cultivan hongos, otras "ordeñan" pulgones para obtener su mielada (la sustancia dulce que producen los pulgones y algunos otros insectos que se alimentan de la savia) y muchas construyen complejas redes de senderos y refugios.
Son campeonas de la fuerza. Dependiendo de la especie, pueden levantar entre 10 y 50 veces su propio peso corporal. Su secreto está en su tamaño y estructura. Como son tan pequeñas, la relación entre su masa y la fuerza de sus músculos es mucho mayor que en animales más grandes. Además, su exoesqueleto les da una gran resistencia sin ser pesado.
Pero lo más impresionante es que no solo son fuertes individualmente, sino que trabajan en equipo para mover objetos enormes. Cuando muchas hormigas se coordinan, pueden cargar presas, hojas o semillas varias veces más grandes que ellas.

Todas juntas, más que la suma de las partes
Pero lo que realmente las hace imparables es su organización social. Las hormigas funcionan como una comunidad hiperorganizada. Sus colonias son como un sistema de inteligencia colectiva en el que cada individuo cumple un rol específico: algunas se encargan de la reproducción (las reinas y los zánganos), mientras que las obreras se dividen entre el cuidado de las crías, la defensa y la búsqueda de alimento.
Lo más impresionante es cómo comparten información. Las hormigas exploradoras dejan rastros de feromonas, una especie de "GPS químico" que permite a sus compañeras seguir el camino exacto hasta una fuente de alimento. En pocas horas, lo que era una pobre hormiguita solitaria se convierte en una invasión de miles de individuos perfectamente coordinados.

Cuando las hormigas se chocan o se tocan con las antenas en sus caminos, en realidad están comunicándose. No es un accidente ni un saludo casual, sino una forma sofisticada de intercambiar información. Usan sus antenas para percibir feromonas, que son sustancias químicas que dejan en su camino para guiar a las compañeras.
Incluso tienen estrategias avanzadas como la construcción de puentes vivientes con sus propios cuerpos o el uso de "señales de reclutamiento" para organizarse rápidamente ante cualquier oportunidad o peligro. Son las reinas del trabajo en equipo.
¿Cómo evitar que entren en casa?
Si bien las hormigas son fascinantes, no siempre es grato tener una procesión interminable marchando por la cocina. Y aunque es casi imposible evitarlas por completo (después de todo, hay millones por cada uno de nosotros), hay algunos trucos que pueden ayudar:
Cerrá el buffet: las hormigas tienen estómagos diminutos, por lo que hasta una miga olvidada puede atraerlas. Guardá los alimentos en recipientes herméticos, limpiá restos de comida y asegurate de que la basura esté bien tapada.
Interrumpí sus rutas: si encontrás una fila de hormigas, podés desorientarlas limpiando el camino con vinagre o lavandina para borrar el rastro de feromonas.

Sellá sus entradas: revisá grietas en paredes, ventanas y puertas. Si pueden trepar árboles, también pueden subir varios pisos de un edificio.
Pero, ojo. No entres en guerra sin razón. La mayoría de las hormigas que llegan a nuestras casas no pican ni hacen daño. Más que plagas, son el equipo de limpieza de la naturaleza. Antes de recurrir a insecticidas, preguntate si realmente es necesario.
Las hormigas pueden ser pequeñas, pero su impacto es enorme. No solo dominan el mundo en números, sino también en estrategia y organización. Así que la próxima vez que veas una en tu cocina, recordá: no está sola, y probablemente ya le haya avisado a sus compañeras.