El Sol está más brillante que hace más de 23 años, ¿cómo contribuye esto al calentamiento global?
El aumento del brillo del Sol en más de dos décadas coincide con que se rompan todos los récords de temperatura. Entonces... ¿Tienen razón los negacionistas del calentamiento global antropogénico?
Comencemos por el principio. Casi 9.600 millones de años después de que el universo iniciara en el Big Bang, se formó nuestro sistema solar con la estrella que llamamos Sol en su centro, hace unos 4.600 millones de años.
Desde entonces, su brillo ha ido aumentando de forma constante, algo que los astrónomos entienden como un proceso normal, debido a la física nuclear que provoca su calentamiento y energía, las fuerzas gravitacionales que comprimen su núcleo denso y cómo cambia con el tiempo el equilibrio entre estos procesos.
Entonces, ¿podemos decir que el calentamiento global no se debe a la actividad humana, sino al aumento en el brillo del Sol? ¡Buenas noticias para los negacionistas del cambio climático antropogénico!
Mejor no nos apresuremos en sacar conclusiones. Veamos lo que dice la ciencia.
Es sólo una cuestión de balance
Para Leon Simons ( @LeonSimons8 en X), comunicador científico del Club de Roma en los Países Bajos, la irradiancia solar media global actual en la parte superior de la atmósfera, es de tan sólo +0.4 W/m², valor que supera al valor más bajo registrado en 2008.
Sin embargo, la cantidad de radiación solar que absorbe la Tierra ha aumentado mucho más. Esto se debe a una disminución de la reflectividad (albedo) de nuestro planeta.
El albedo es el porcentaje de radiación reflejado por cualquier superficie, respecto a la radiación que incide sobre ella. Las superficies claras tienen valores de albedo superiores a las oscuras, y las brillantes más que las mates.
Una superficie deforestada tiene más albedo que una forestada (que es más oscura). Por la disminución del hielo (especialmente marino) y la nieve, así como también de los aerosoles y las nubes, la Tierra absorbe ahora unos +2 W/m² más de luz solar.
De acuerdo con la física, la Tierra irradia más radiación térmica a medida que se calienta. Si la Tierra se ha calentado unos 0.5 °C en los últimos 23 años, la radiación térmica saliente debería haber aumentado unos 3 W/m². Sin embargo, sólo aumentó aproximadamente 1 Wm².
Y acá comienzan a jugar en el balance, los gases de efecto invernadero (GEI). El aumento de los GEI (especialmente CO2, metano, N2O y Vapor de Agua) absorben cerca de 2 W/m² del aumento de la radiación térmica.
Estos son los forzantes, sumados a la retroalimentación del vapor de agua (el vapor de agua es un potente GEI, y a medida que la atmósfera se calienta puede retener más humedad en forma de vapor de agua) que provocan el calentamiento del planeta. Sin los GEI que la actividad humana ha introducido en la atmósfera en los últimos 270 años, la radiación térmica saliente sería unos 4 W/m² mayor y la Tierra se estaría enfriando rápidamente.
¿El Sol influye en el clima de la Tierra?
Sí. De hecho, el Sol es el motor del clima terrestre, y ayuda a mantener el planeta lo suficientemente cálido como para que la vida pueda existir tal como la conocemos. Pero nuestra estrella no tiene responsabilidad en la tendencia al calentamiento global registrado en las últimas décadas.
Se ha podido determinar que los cambios sutiles en la órbita de la Tierra alrededor del Sol son responsables de las edades de hielo y de los períodos más cálidos. Esto es porque la órbita de traslación de la Tierra alrededor del sol varía entre una forma casi circular y otra medio elíptica cambia en un período de aproximadamente 413,000 años, junto con otros cambios que se producen con una secuencia de ciclos de entre 95,000 y 125,000 años. Estas variaciones orbitales cíclicas son conocidas como los “ciclos de Milanković”
Pero el calentamiento que hemos visto en las últimas décadas es demasiado rápido para vincularlo a cambios en la órbita de la Tierra y demasiado grande para ser causado por la actividad solar.
¿Por qué estamos seguros de que no es el Sol?
Hace más de 40 años que se monitorean los niveles de radiación solar incidente sobre la parte superior de la atmósfera. Se han detectado variaciones en más o menos de un 0.1 % durante ese periodo, prácticamente nulas.
Por el contrario, el calentamiento provocado por los gases de efecto invernadero procedentes de la combustión de combustibles fósiles desde 1750, es más de 270 veces superior al ligero aumento de las temperaturas procedente del propio Sol en ese mismo intervalo de tiempo.
Además, si el Sol fuera el responsable del calentamiento global, sería esperable un aumento de temperaturas en todas las capas de la atmósfera. Sin embargo, lo que se observa es un calentamiento en la superficie y un enfriamiento en la estratosfera, y esto es consistente con que este fenómeno se debe a una acumulación de gases que atrapan el calor cerca de la superficie terrestre. No es porque el sol calienta más que antes.
De acuerdo con el Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), órgano científico de las Naciones Unidas que examina y evalúa la bibliografía científica, técnica y socioeconómica más reciente producida en todo el mundo sobre el cambio climático, existe un amplio consenso científico respecto de que las variaciones a largo y corto plazo de la actividad solar solo desempeñan un papel muy pequeño en el clima de la Tierra.