El reconocido fenómeno de La Niña del Pacífico ecuatorial: ¿existe también en el Atlántico?
Seguramente estarás bastante familiarizado con el fenómeno “ENSO” (El Niño/La Niña) que ocurre en el océano Pacífico central, pero en este informe te contamos todo sobre El Niño/La Niña “del Atlántico”. ¿De qué se trata?
Este año 2024, uno de los pronósticos meteorológicos más divulgados ha sido el incremento en la probabilidad de ocurrencia del fenómeno de La Niña en el océano Pacifico central en el segundo semestre.
Actualmente la temperatura superficial del mar (TSM) en el océano Pacífico ecuatorial son consistentes con condiciones neutrales, pero se indica un 65 % de probabilidad de desarrollo de La Niña en el trimestre julio-agosto-septiembre.
Mientras tanto, algunos meteorólogos ya han advertido sobre la señal creciente, similar a La Niña en el Océano Pacífico ecuatorial, pero sobre el océano Atlántico central. Algo así como “su hermana menor, o prima del Atlántico”, pero no tan conocida.
La Niña y El Niño en el Atlántico
El Niño tiene un “hermano pequeño o un primo” que vive al otro lado del continente sudamericano en el Océano Atlántico. Se llama El Niño del Atlántico, y tiene un asombroso parecido con el reconocido fenómeno del Pacífico ecuatorial.
Al igual que El Niño, El Niño del Atlántico se caracteriza por TSM más cálidas que el promedio en la cuenca ecuatorial oriental, y por vientos alisios más débiles que el promedio en todo el Atlántico ecuatorial central-oriental, afirman desde la NOAA.
Sin embargo, hay algunas diferencias importantes entre los dos. Por ejemplo, El Niño suele incrementar su señal lentamente durante el verano boreal (diciembre-enero-febrero), antes de alcanzar su máxima fuerza a finales del otoño o del invierno, lo que provoca una amplia gama de impactos ambientales en gran parte del planeta.
En cambio, El Niño del Atlántico tiende a alcanzar su punto máximo en el verano del hemisferio norte (junio-julio-agosto), cuando el ENOS suele estar inactivo. Este fenómeno de calentamiento zonal de las aguas suele ser de menor duración, es en general mucho más débil que el ENOS y por ende con impactos ambientales más modestos y locales.
Por ejemplo, El Niño del Atlántico suele perturbar el monzón de verano de África occidental, lo que da lugar a una reducción de las precipitaciones en la región del Sahel, y está vinculado al aumento de la frecuencia de las inundaciones en el noreste de América del Sur y en los países del África occidental subsahariana que bordean el Golfo de Guinea.
A pesar de sus diferencias, se sigue pensando que El Niño del Atlántico es análogo a El Niño en muchos aspectos. Específicamente, se cree que la retroalimentación atmósfera-océano responsable de la aparición del Niño del Atlántico es similar a la de El Niño, un proceso conocido como retroalimentación de Bjerknes.
Los vientos alisios cercanos a la superficie soplan constantemente de este a oeste a lo largo del ecuador. Cuando se desarrollan vientos alisios más débiles de lo normal en la cuenca occidental del Atlántico, las ondas Kelvin ecuatoriales que bajan se propagan a la cuenca oriental, profundizando la termoclina y haciendo más difícil que las aguas más frías y profundas afecten a la superficie.
Como resultado, en el Atlántico ecuatorial oriental se desarrollan temperaturas superficiales más cálidas que la media. De manera similar a la conexión de El Niño con la circulación de los Walker, se produce una retroalimentación positiva entre la atmósfera y el océano, ya que este calentamiento de la superficie conduce a anomalías de los vientos alisios aún más débiles, lo que calienta aún más la superficie del Atlántico ecuatorial oriental, explican detalladamente desde la NOAA.
Como un típico “hermano pequeño”, el Niño del Atlántico tiende a seguir a su hermano mayor, a menudo se activa en el verano después de un invierno de El Niño. Los patrones de viento de superficie que acompañan a El Niño a veces pueden desencadenar la retroalimentación que causa un Niño del Atlántico varios meses después, aunque no parece ser el patrón elegido en 2024.
Salimos de un El Niño a la actual fase Neutral del ENSO, mientras se detectan señales de La Niña del Atlántico en estos últimos dos meses. En este caso sería La Niña del Atlántico la que se anticipa a su "hermana mayor" del Pacífico.
El fenómeno de La Niña en el océano Atlántico central
El meteorólogo Ben Noll, del Instituto Nacional de Investigación Atmosférica y del Agua, de Nueva Zelanda, expresa: “El Niño/La Niña del Atlántico son los "primos" del más conocido El Niño/La Niña que ocurre en el Pacífico”.
Haciendo hincapié en particular a la situación actual de la temperatura del océano: “Esto parece estar relacionado con vientos más fuertes de lo normal en el Atlántico ecuatorial (correspondientes a La Niña del Atlántico) durante los últimos dos meses. De hecho, esta característica se ha fortalecido desde que se desarrolló por primera vez, en junio”, dice Noll.
El Niño/LaNiña del Atlántico son "familiares" del más conocido El Niño/La Niña que ocurre en el Pacífico, expresó en sus redes sociales el meteorólogo Ben Noll.
Lo que lo hace un poco más notable es que los eventos de La Niña del Atlántico tienden a tener una influencia descendente sobre la actividad de los huracanes en el Atlántico, mientras que los eventos del Niño del Atlántico tienden a aumentarla.
Sin embargo, "dado el calor anómalo generalizado en el Atlántico tropical profundo, no confiaría en que esta señal de La Niña del Atlántico tenga necesariamente un gran efecto en la temporada de huracanes, pero vale la pena monitorearla", expresa Noll.
¿Aumento de huracanes durante la fase El Niño del Atlántico?
Para responder a esa pregunta, el autor principal de una investigación al respecto, Kim Dongmin, publicada en Nature, repasa en su informe que la actividad de huracanes en el Atlántico está modulada en gran medida por El Niño del Pacífico y el Modo Meridional del Atlántico. Sin embargo, esos modos climáticos se desarrollan predominantemente en invierno boreal o primavera y son más débiles durante la temporada de huracanes del Atlántico (junio-noviembre).
Aunque aún no se ha examinado el vínculo entre el Niño/Niña del Atlántico y la actividad de huracanes, Kim Dongmin, et al., cuentan que utilizaron observaciones para mostrar que El Niño del Atlántico, al fortalecer la banda de lluvia de la zona de convergencia intertropical del Atlántico, mejora la actividad de las ondas del este africanas y la vorticidad ciclónica de niveles bajos en el Atlántico norte oriental tropical profundo.
Mostraron que tales condiciones aumentan la probabilidad de que se desarrollen huracanes poderosos en los trópicos profundos cerca de las islas de Cabo Verde, lo que eleva el riesgo de que huracanes importantes afecten a las islas del Caribe y a los EE. UU.
Referencias de la noticia:
Kim, D., Lee, SK., Lopez, H. et al. Increase in Cape Verde hurricanes during Atlantic Niño. "Increase in Cape Verde hurricanes during Atlantic Niño". Nat Commun 14, 3704 (2023). https://doi.org/10.1038/s41467-023-39467-5
Dr. Sang-Ki Lee. Comunicado del AOML, "Do you know that El Niño has a little brother?", NOAA.