Ilusión de frecuencia: cuando el cerebro empieza a ver una cosa en todas partes
Es frecuente confundir esta habilidad psicológica con casualidades o coincidencias de la vida, pero en realidad tiene una explicación neurolingüística. La clave radica en la atención selectiva y el sesgo de confirmación.
¿Alguna vez te ha sucedido que estabas con planes de comprar un auto determinado y te lo cruzabas por todas partes? ¿O aprendiste una palabra nueva y a partir de ese momento la escuchaste con mucha frecuencia? ¿O quizás te enteraste de un embarazo cercano y luego notaste mujeres embarazadas por todos lados?
Sí la respuesta es sí, has experimentado, como tantas personas en algún momento de su vida, la ilusión de frecuencia, tambien conocida como el fenómeno Baader-Meinhof.
¿En qué consiste exactamente el fenómeno Baader-Meinhof?
El nombre Baader-Meinhof deriva, al parecer, por una por una discusión en un foro de internet, según lo indicado por el portal DW. Un usuario publicó un comentario en el sitio web de St. Paul Pioneer Press en 1994 sobre Facción del Ejército Rojo (RAF), un grupo terrorista en la Alemania Federal de los años setenta. Poco después, muchas otras personas comenzaron a compartir noticias sobre el grupo, conocido también como la "banda Baader-Meinhof", por lo que, para bien o para mal, el fenómeno adquirió ese nombre.
Más recientemente, el concepto “ilusión de frecuencia” fue acuñado por Arnold Zwicky, profesor de Lingüística en la Universidad de Stanford, en 2005.
No es un fenómeno nuevo, aunque sí ha ganado trascendencia y conocimiento en los últimos 30 años. Es algo que siempre ha estado vinculado a cómo nuestro cerebro funciona individualmente en cada uno de nosotros.
“Ahora que conoces algo, parece que lo ves con más frecuencia”, explica la doctora Neha Pathak, licenciada en Psicología y Biología por la Universidad de Harvard, en un artículo publicado en la página especializada WebMD, y tomado por BBC.
“En primer lugar, creerás que algo ha empezado a aparecer con más frecuencia. Después, te convencerás de que esa palabra, concepto u otra cosa no aparecía tanto como ahora, lo que se conoce como sesgo de confirmación. En realidad, la frecuencia no ha aumentado, pero tu cerebro te ha convencido de ello”, agrega.
Atención selectiva y sesgo de confirmación
Zwicky fue quien describió al fenómeno como resultado de dos procesos psicológicos bien conocidos:
- La atención selectiva, que nos hace centrarnos en lo que es en ese momento importante para nosotros y descartar el resto, clave para nuestro aprendizaje;
- el sesgo de confirmación, que hace que busquemos cosas que apoyen lo que pensamos en un momento dado, es decir, al ver más autos rojos, creemos que estos son más comunes, lo que confirma aún más nuestra creencia de que hay más autos de este color.
Según un artículo de 1974 publicado en la revista Science y divulgado en el portal DW, “la ilusión de frecuencia es un tipo de atajo mental que nos ayuda a tomar decisiones o realizar una tarea más rápido y con menos esfuerzo. Es muy útil porque no siempre tenemos toda la información necesaria ni el tiempo para analizarla”. Sin embargo, el problema es que “debido a que son atajos imperfectos para resolver problemas, a veces nos llevan a cometer errores".
Factores evolutivos vinculados a la supervivencia de la especie
“La ilusión de frecuencia, aunque no le pase a todo el mundo (o quizá no recordemos que nos ha pasado porque no tenemos por qué ser conscientes de que nos está ocurriendo esa ilusión de frecuencia), tiene su importancia evolutiva”, explica a BBC Mundo Joanna Riera, doctora en psicología social y psicóloga clínica.
“Lo normal es que se dé en una gran parte de la población general puesto que tiene factores evolutivos vinculados a la supervivencia de la especie. Otra cosa es que seamos conscientes”, indica la directora de formación de la web especializada Psicología y Mente.
Tenemos una capacidad de percepción, que hace que no todos los estímulos sean atendidos por nuestro cerebro, porque tenemos un número limitado de elementos que atender, si no, no podríamos adaptarnos a nuestro medio.
Es en ese proceso en el que nosotros captamos a través de nuestros sentidos unos elementos y los procesamos. Ese proceso es el que llamamos percepción.
“Cuando hemos atendido con fuerza a un estímulo concreto, o bien nos hemos expuesto recientemente y nos ha parecido interesante, o bien nos ha impactado un color intenso o algo que emocionalmente nos active, o hemos estado expuestos reiteradamente a algo de forma reciente; esto hace que nuestra percepción esté más abierta a ese tipo de estímulo”, detalla la experta en procesos evolutivos.