La Vía Láctea y Andrómeda no colisionarían en el futuro, según un nuevo estudio
Según nuevas simulaciones, la Vía Láctea sólo tiene un 50 % de posibilidades de colisionar con Andrómeda.
Una de las cosas que parece que hemos sabido desde siempre es que la Vía Láctea y Andrómeda están en curso de aproximación y colisionarán en un futuro lejano. Esto se debe a que el campo gravitacional de las dos galaxias hace que ambas se acerquen a gran velocidad. Tras esta posible colisión, las dos se convertirían en una gran galaxia elíptica.
En las últimas décadas se han realizado varias simulaciones con el objetivo de comprender la dinámica del Grupo Local, el conjunto de galaxias que interactúan gravitacionalmente con la Vía Láctea. Andrómeda y la Vía Láctea son las galaxias más masivas y dominantes pero también tienen una serie de galaxias satélites que las orbitan, como la Gran Nube de Magallanes.
Un nuevo estudio considera las interacciones de otras galaxias en la dinámica, argumentando que pueden afectar la trayectoria del conjunto Vía Láctea-Andrómeda hasta el punto de evitar una colisión entre ellas. El estudio se centra en la tercera galaxia más masiva del grupo llamado galaxia Triángulo. La conclusión es que existe un 50 % de posibilidades de que no colisionen y formen una nueva galaxia.
Vía Láctea
La Vía Láctea es una galaxia espiral donde se encuentra el sistema solar. Se clasifica como galaxia espiral debido a la presencia de brazos espirales que se encuentran en el disco galáctico. Los brazos tienen un color azulado debido a la presencia de estrellas jóvenes y a la intensa formación estelar en estas regiones. Además de los brazos, la galaxia tiene una barra, un bulto y un halo de materia oscura que abarca toda la galaxia.
En el centro de la galaxia hay un agujero negro supermasivo de unos 4 millones de masas solares llamado Sgr A*. Es un agujero negro con una baja tasa de acreción y se alimenta de vientos de estrellas cercanas. En total, la galaxia tiene un diámetro de 100 mil años luz considerando sólo la parte visible. Una característica es que la Vía Láctea está rodeada de cúmulos globulares que orbitan alrededor del centro galáctico.
Andrómeda
Vecina de la Vía Láctea es la galaxia M31, popularmente llamada Andrómeda. Es posible observar Andrómeda a simple vista como una mota en el cielo nocturno, especialmente en regiones donde no hay contaminación lumínica. Como la nuestra, M31 es una galaxia espiral, pero es aproximadamente 2 veces más grande que la Vía Láctea y es la más grande del Grupo Local. Se encuentra a 2,5 millones de años luz de distancia y tiene más del triple de estrellas que la Vía Láctea.
Andrómeda es uno de los principales objetivos de observación debido a su proximidad a nuestra galaxia. Las estructuras están bien estudiadas y los telescopios ya han tomado fotografías que muestran cada parte en detalle. El agujero negro en el centro de Andrómeda, apodado M31*, tiene 100 millones de veces la masa del Sol y 25 veces más masa que la Vía Láctea.
Grupo Local
Tanto la Vía Láctea como Andrómeda forman parte del Grupo Local de Galaxias, que cuenta con alrededor de 54 galaxias que interactúan gravitacionalmente. La mayoría de estas galaxias son galaxias enanas que funcionan como satélites de galaxias más grandes como las Nubes de Magallanes que orbitan alrededor de la Vía Láctea. Además de las dos más grandes, la galaxia M33 se llama galaxia Triángulo, que también es una galaxia que no se considera enana.
Todo el Grupo Local participa en una estructura conocida como Supercúmulo de Virgo que contiene más de 100 grupos de cúmulos y grupos de galaxias. En total, el Supercúmulo de Virgo tiene un diámetro de 200 millones de años luz. Este supercúmulo es importante porque es una estructura perteneciente a los filamentos galácticos que describen la red cósmica del universo.
La colisión entre Andrómeda y la Vía Láctea
A medida que las galaxias del grupo local interactúan gravitacionalmente, es común observar colisiones directas e indirectas. La colisión que más llama la atención es la de Andrómeda y la Vía Láctea, que se prevé que ocurrirá en unos 4.500 millones de años. Las dos galaxias están en curso de colisión, acercándose a una velocidad de 400 mil kilómetros por hora. La aproximación se produce por la atracción gravitacional que uno ejerce sobre el otro.
Cuando los dos finalmente se encuentren, el resultado será una galaxia elíptica gigante llamada Milkomeda. Los agujeros negros supermasivos se fusionarán en uno solo, puede producirse un pico en la formación estelar y algunas estrellas serán expulsadas. El sistema solar probablemente no se verá afectado ya que la probabilidad de una colisión directa con estrellas o de ser expulsado es pequeña.
Choque evitado
Muchas simulaciones intentan entender cómo será este proceso de colisión entre la Vía Láctea y Andrómeda. La mayoría de las simulaciones ignoran las otras galaxias del Grupo Local porque son menos masivas y no afectan tanto. Un grupo de científicos decidió hacer una simulación más compleja incluyendo otras galaxias y formando un problema complejo de N-cuerpos.
Lo que encontraron en la simulación es que considerando la interacción de otras galaxias, existe un 50 % de posibilidades de que Andrómeda y la Vía Láctea no colisionen en el futuro. En otras palabras, las galaxias más pequeñas alejarían a las dos galaxias del curso de colisión. Sin embargo, la incertidumbre sigue desempeñando un papel importante, lo que deja sólo una probabilidad de 1 entre 2 de que esto suceda.
Referencia de la noticia:
Sawala et al. 2024 Apocalypse When? No Certainty of a Milky Way -- Andromeda Collision arXiv