La NASA muestra unos rayos anticrepusculares que aparecen por sorpresa en un festival de astronomía

Nada mejor que cerrar un espectáculo de astronomía que con uno de los fenómenos ópticos más raros y bellos para ver. Esto fue lo que pasó en República Checa.

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Imágen de los rayos anticrepusculares durante el festival. (Foto Pavel Gabzdyl)

Como todas las semanas, la NASA compartió su imagen del día. Y eligió nada más y nada menos que la fotografía de unos increíbles rayos crepusculares que adornaron el cielo durante una puesta de Sol en Brno, República Checa. La foto fue tomada por el astrónomo checo Pavel Gabzdyl el 11 de julio de este año, durante el Festival Planetario.

En la imagen muestra en primer plano a cientos de personas disfrutando del festival durante el atardecer y unos globos gigantes de más de 10 metros de diámetros, que representan algunos cuerpos del sistema solar: el Sol, la Tierra, la Luna y un cielo nocturno.

Al fondo de esa misma imagen se ve el castillo Spilberk, una edificación del siglo XIV, en la parte alta de una colina. Y justo por encima de él, se alzan los rayos anticrepusculares, unas largas sombras que convergen en el horizonte opuesto al Sol.

¿Qué son los rayos anticrepusculares?

Los rayos anticrepusculares, a menudo confundidos con un fenómeno sobrenatural, son en realidad un efecto lumínico natural que se produce en el cielo en el lado opuesto al Sol. Y no son otra cosa que haces de luz y sombra que cruzan el cielo, generadas por nubes u objetos elevados, que parecen irradiar desde un punto único en el cielo.

Para entenderlos, primero hay que pensar en sus opuestos: los rayos crepusculares. Reciben este nombre porque generalmente ocurren durante el atardecer o amanecer y del lado del Sol. Cuando éste se encuentra cerca o debajo de la línea del horizonte, la luz es interrumpida por nubes o montañas elevadas, generando una discontinuidad en la iluminación y proyectando una sombra larga.

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Y ahora viene la parte más interesante. Cualquiera que haya jugado a hacer sombras de animales en la pared, sabe que la proyección del objeto - en este caso nuestras manos- se produce en línea recta. Pero a las sombras en la atmósfera las vemos converger en un punto del horizonte. Esta diferencia se debe, nada más y nada menos, que a la perspectiva.

Si viéramos esta misma escena desde el espacio, los rayos aparecerían paralelos. Pero desde la perspectiva del observador en la superficie de la Tierra, las líneas crean una ilusión óptica en la que parecen converger desde la posición del Sol.

Como las líneas rectas se propagan indefinidamente -siempre y cuando no se encuentren con otros objetos- es muy posible que crucen todo el cielo, y veamos en el lado opuesto al Sol el mismo fenómeno, conocido como rayos anticrepusculares.

Los rayos de Sol

En ocasiones, en medio de un cielo cubierto por nubes, se abre un pequeño portal que ilumina el grisáceo paisaje. Si tenemos la fortuna de estar cerca en ese preciso instante y contamos con una vista amplia, seremos testigos de un espectáculo sin igual: un rayo de Sol que se precipita hacia la Tierra.

Durante siglos, estos pilares del cielo se han identificado como una señal divina, y numerosas veces son señalados en la Biblia. Pero su explicación, dista mucho de ser una manifestación de los dioses y es fácilmente explicada por la ciencia.

Aunque nuestra percepción visual nos dice lo contrario, la realidad es que los rayos del Sol, en sí mismos, son invisibles. Lo que vemos como un haz de luz solar son un montón de partículas, como polvo, hollín, sal, polen, humo, pequeñas gotas de agua o cristales de hielo, iluminadas por el Sol.

Para entenderlo mejor, imaginemos un haz de luz que ingresa a una habitación oscura. Si no hay partículas de polvo o humo en el aire, el haz de luz será completamente invisible. Sin embargo, si introducimos humo o polvo, las partículas dispersarán la luz, haciéndola visible para nuestros ojos.

Cuando la luz solar es interceptada por las partículas presentes en la atmósfera, se dispersa en todas direcciones y la hace visible. Pero lo que vemos en este caso, no es la luz, sino innumerables partículas que reflejan cierta parte de la luz que incide en ellas. La intensidad de la luz reflejada depende de la cantidad de partículas en el aire. Cuanto más polvo o humedad haya, más visible será el "rayo de Sol".

Referencia de la noticia:

https://apod.nasa.gov/apod/ap240719.html