Nuevo estudio revela que nuestra percepción del tiempo se modifica de acuerdo con lo que vemos

Diferentes estímulos visuales pueden distorsionar la percepción del tiempo: ver escenas más destacadas y memorables puede crear la impresión de que el tiempo avanza más lentamente, en tanto que imágenes desordenadas y caóticas comprimen la percepción del tiempo.

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Los hallazgos indican que “tenemos un sentido “visual” del tiempo que puede deformarse o alterarse según lo que miremos.

Un estudio reciente publicado en Nature Human Behaviour ha descubierto que ciertas propiedades visuales de las escenas (como su tamaño, su desorden y su capacidad para recordarlas) pueden distorsionar nuestra percepción del tiempo.

En concreto, las escenas más grandes y más memorables parecen alargar el tiempo, mientras que las escenas desordenadas parecen comprimirlo.

La principal motivación de esta investigación fue explorar un aspecto menos estudiado de la percepción sensorial: el tiempo. Si bien el tiempo es parte integral de todos los procesos sensoriales, su percepción (cómo medimos el paso del tiempo y cómo influye en el procesamiento de otra información sensorial) ha seguido siendo un tanto enigmática. Esta brecha en la comprensión ofrece tanto un desafío como una oportunidad para ahondar en cómo el cerebro codifica el tiempo durante el procesamiento sensorial, indicó el sitio psypost.org.

“Mi laboratorio está interesado en la percepción del tiempo en general; es decir, cómo el cerebro mide y percibe intervalos de tiempo desde cientos de milisegundos hasta varios segundos”, dijo el autor del estudio Martin Wiener, profesor adjunto de psicología en la Universidad George Mason. “Muchos estudios anteriores se han centrado en cómo los estímulos visuales 'simples', como formas geométricas, puntos, colores, etc., influyen en el tiempo percibido, mientras que nosotros queríamos observar características visuales 'superiores' como el tamaño, el desorden y la memorabilidad”.

Los dos primeros experimentos demostraron que el tamaño de la escena y el desorden tienen efectos significativos

Los investigadores diseñaron cuatro experimentos distintos para estudiar cómo diversas propiedades de las imágenes afectan la percepción del tiempo.

En los dos primeros experimentos, los participantes realizaron una tarea de categorización temporal visual, también conocida como tarea de bisección temporal, en la que vieron imágenes y decidieron si cada una se presentaba durante un período "corto" o "largo".

Las imágenes para estos experimentos se obtuvieron de la base de datos Size/Clutter, una colección de imágenes clasificadas por participantes anteriores según el tamaño de la escena y el desorden. En el experimento 1 se utilizaron las imágenes tal como se proporcionaron, mientras que en el experimento 2 se procesaron estas imágenes en escala de grises y se normalizó su luminancia para controlar los efectos visuales de brillo y contraste.

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El estudio buscó ahondar en cómo el cerebro codifica el tiempo durante el procesamiento sensorial.

El tiempo de presentación de las imágenes varió en seis intervalos espaciados logarítmicamente de 300 a 900 milisegundos. Cada participante vio cada imagen en cada intervalo una vez, lo que dio lugar a un total sustancial de ensayos por participante, intercalados con descansos. El orden de las imágenes fue aleatorio para evitar que los efectos del orden influyeran en los resultados. Se indicó a los participantes que respondieran lo más rápido y con la mayor precisión posible, presionando teclas designadas para indicar si la duración de la imagen se sentía "corta" o "larga".

Los resultados de los dos primeros experimentos demostraron que el tamaño de la escena y el desorden tienen efectos significativos pero opuestos en la duración percibida.

Los tamaños de escena más grandes hicieron que los participantes percibieran las duraciones como más largas (dilatación del tiempo), mientras que el mayor desorden condujo a la percepción de duraciones más cortas (contracción del tiempo).

¿Y qué hay acerca de la memorabilidad de escenas?

El experimento 3 replicó la estructura de los dos primeros experimentos, pero se centró en la memorabilidad de las imágenes. Las imágenes se extrajeron del conjunto de datos de memorabilidad de imágenes a gran escala (LaMem), que contiene miles de imágenes clasificadas por memorabilidad (una medida de la probabilidad de que una imagen sea recordada). Las imágenes se seleccionaron para representar un rango de puntuaciones de memorabilidad y se presentaron en siete duraciones espaciadas en logaritmos similares a los dos primeros experimentos.

Los participantes volvieron a participar en una tarea de bisección temporal, categorizando la duración de cada imagen como “corta” o “larga”.

Wiener y sus colegas descubrieron que las imágenes con puntuaciones más altas de memorabilidad se percibían como más duraderas que las imágenes menos memorables. Además, estas imágenes memorables no solo se percibían durante más tiempo, sino que también se categorizaban como "cortas" o "largas" con mayor precisión.

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Los investigadores diseñaron cuatro experimentos distintos para estudiar cómo diversas propiedades de las imágenes afectan la percepción del tiempo.

El experimento final requirió que los participantes participaran en una tarea de reproducción de duración. En este caso, vieron una imagen durante uno de siete intervalos de tiempo espaciados linealmente (que iban de 500 a 1000 milisegundos) y luego intentaron reproducir la duración presionando y manteniendo presionado un botón durante lo que consideraron que era la cantidad de tiempo equivalente. Esta parte del experimento tenía como objetivo evaluar cómo la memorabilidad de una imagen podría afectar la precisión de la reproducción temporal.

Después de completar esta tarea, los participantes volvieron al día siguiente para una prueba de evocación de memoria sorpresa. Se les mostraron las mismas imágenes de la tarea de reproducción de duración, combinadas con un número igual de imágenes nuevas, y se les pidió que indicaran si recordaban haber visto cada imagen el día anterior. Esta parte del estudio fue diseñada para explorar cómo la duración durante la cual se recuerda una imagen (o se percibe que se recuerda) influye en la evocación de memoria real.

Los participantes que percibían que las imágenes memorables duraban más tiempo reproducían con mayor precisión esas duraciones más largas y, por lo tanto, recordaban mejor esas imágenes.

Estos resultados respaldan una relación bidireccional entre la percepción del tiempo y la memoria: las imágenes percibidas como más duraderas tienden a recordarse mejor y, a la inversa, las imágenes más memorables se perciben como más duraderas.

Los hallazgos indican que “tenemos un sentido “visual” del tiempo que puede deformarse o alterarse según lo que miremos, y que esto puede permitir que el cerebro recopile más información cuando sea necesario”, dijo Wiener a PsyPost.


Referencia de la noticia:

Memorability shapes perceived time (and vice versa). Alex C. Ma, Ayana D. Cameron and Martin Wiener. Nature Human Behaviour (2024). DOI:https://doi.org/10.1038/s41562-024-01863-2