Patagonia en riesgo: los glaciares podrían desaparecer en 220 años

En los confines Argentina y Chile, donde la cordillera de los Andes se recuesta contra los vientos del Pacífico, la Patagonia posee uno de sus tesoros más codiciados: una vasta región de hielos que, aunque parece eterna, hoy enfrenta una cuenta regresiva.

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El estdio concluyó que los desplazamientos de las altas presiones aumentan las temperaturas de Patagonia

Ubicada entre Chile y Argentina, la Patagonia alberga la región glaciar más extensa y húmeda del hemisferio sur fuera de la Antártida. Con nevadas que superan los quince metros anuales en algunos sectores del flanco occidental de los Andes, según explica Brice Noël, climatólogo de la Universidad de Lieja, la Patagonia parecía tener garantizada su capa de hielo. Sin embargo, los cambios en la atmósfera están reescribiendo el futuro de las reservas de agua dulce.

El estudio publicado Nature en pone el foco en un fenómeno que pasó bastante desapercibido hasta ahora: el desplazamiento hacia el polo de los anticiclones subtropicales. Estos sistemas de alta presión, como el Anticiclón del Pacífico Sur, se están moviendo hacia los polos a medida que el planeta se calienta. Aunque suene técnico, el efecto es bien concreto: llegan menos frentes fríos desde el oeste y persisten los vientos más cálidos y secos que soplan desde el norte, lo que acelera la fusión de los glaciares.

El incremento sostenido del agua que fluye de los glaciares (escorrentía) está ligado a un cambio en los sistemas de alta presión, que se han ido moviendo hacia el polo sur desde hace 40 años. Este desplazamiento, de entre 0,04° a 0,10° por década, modifica los vientos y la temperatura, acelerando el derretimiento.

Este proceso, además, tiene una particularidad alarmante. Incluso si las temperaturas globales se estabilizaran mañana, la inercia del sistema atmosférico seguiría empujando a los anticiclones hacia el sur durante décadas. Es decir: la pérdida de masa glaciar continuaría su marcha aunque frenáramos el calentamiento global.

El estudio usó dos modelos climáticos modernos para calcular cómo ha cambiado la masa de los glaciares entre 1940 y 2023. Analizaron cuánta nieve y lluvia acumularon, cuánta agua se derritió y escurrió, y cuánta se perdió por evaporación. Los datos se trabajaron primero a una escala gruesa (5 km) y luego se ajustaron para obtener más detalle (500 m).

El círculo vicioso del derretimiento

Desde la década de 1940, los glaciares patagónicos ya perdieron más de una cuarta parte de su volumen total. Esa desaparición, lenta pero persistente, ya elevó el nivel del mar global en 3,7 milímetros. Y la situación no parece mejorar.

Los glaciares de la Patagonia están sintiendo cada vez más presión atmosférica (aumenta unos 1,01 mbar por década), lo que lleva vientos cálidos y secos desde el noroeste. Esto provoca un calentamiento acelerado en la zona de los Andes del Sur (0,14 °C por década), un 17 % más rápido que el promedio mundial. Pero el calor no es el único problema: menos nieve produce más calentamiento del suelo.

"El principal motivo de la pérdida de hielo no es la falta de nieve -que se ha mantenido estable durante 80 años-, sino el aumento del agua de deshielo que fluye por la superficie", explica Noël. El problema empeora cuando se derrite la capa de nieve compacta (firn), dejando al descubierto el hielo glaciar, que es más oscuro y que retiene más calor. "Al absorber más calor del Sol, el hielo se derrite más rápido, creando un círculo vicioso de mayor escorrentía y mayor pérdida de masa", añade Stef Lhermitte, investigador de la Universidad Católica de Lovaina.

Consecuencias en cadena para la Patagonia

La desaparición de los glaciares no es un problema aislado. Su impacto se ramifica en todas las direcciones.

Por un lado, los glaciares patagónicos son fuentes vitales de agua dulce para ríos, agricultura y comunidades locales. Su reducción pone en jaque el abastecimiento a largo plazo, justo en regiones donde la energía hidroeléctrica depende en buena parte del deshielo.

Por otro lado, el retroceso de los hielos amenaza a los ecosistemas únicos de la región. Especies emblemáticas como el huemul podrían ver modificados sus hábitats. Los bosques patagónicos, moldeados durante siglos por un delicado equilibrio de lluvias y temperaturas, también estarían en riesgo.

Aunque el panorama suena preocupante, el estudio deja una puerta abierta: la importancia de actuar. Monitorear y gestionar los recursos hídricos, adaptar la infraestructura energética, y proteger los ecosistemas son pasos clave para enfrentar este nuevo escenario.

Referencia de la noticia:

Noël, B., Lhermitte, S., Wouters, B. et al. El desplazamiento de las altas temperaturas subtropicales hacia los polos impulsa la pérdida de masa de los glaciares patagónicos. Nat Commun 16