Por 20 centímetros: el océano Pacífico es más alto que el Atlántico y éstas son las razones

La diferencia en la altura de los océanos revela las complejas interacciones de factores físicos y climáticos que influyen en la vida en la Tierra.

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Aunque parecen gemelos, el Pacífico es 20 centímetros mas alto que el Atlántico.

En la inmensidad azul que cubre más del 70 % de nuestro planeta, dos colosos dominan la escena: el océano Pacífico y el Atlántico. A simple vista, podrían parecer gemelos, pero un detalle sutil los distingue: su altura.

El Pacífico es unos 20 centímetros más alto que el Atlántico. Los científicos saben esto desde hace tiempo, a partir de técnicas para medir la topografía del fondo marino y la altura de la superficie oceánica.

Aunque parezca una diferencia insignificante, esos 20 centímetros responden a factores entrelazados e impactan en el funcionamiento de nuestro planeta.

¿Por qué el Pacífico es más alto?

Hay varios factores de la física oceánica que contribuyen, en diferente proporción, a que exista este desnivel. Uno de ellos es la densidad, la propiedad que determina la cantidad de masa en una unidad de volumen.

El Atlántico es más salado que el Pacífico, y por eso es más denso y tiene más presión (como si estuviera más comprimido), lo que hace que se “hunda” un poco más respecto de la masa de agua menos densa del Pacífico.

A su vez (y como todo tiene que ver con todo en el sistema Tierra) la cadena montañosa que atraviesa de norte a sur todo el continente americano, por el oeste, juega su rol en la diferencia de salinidad.

Esta orografía favorece que llueva más sobre el océano Pacífico, es decir que recibe más agua dulce de las precipitaciones, por lo que el balance da como resultado menor salinidad en el Pacífico.

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Los océanos ocupan más del 70 % de la superficie de nuestro planeta.

La temperatura es otro factor que influye en la densidad de las masas de agua. A mayor temperatura, menor densidad. El Pacífico tiene, en promedio, una temperatura ligeramente superior al Atlántico, lo que también contribuye a que sea menos denso, y por lo tanto, “más alto”.

Por último, a estos factores se suma la topografía del fondo marino. Cordilleras submarinas, llanuras abisales y fosas oceánicas, como la fosa de las Marianas, con sus más de 11 kilómetros de profundidad, modulan la distribución del agua y, por ende, influyen en el nivel del mar.

Mediciones al servicio de la ingeniería humana

Los satélites altimétricos, como el Jason-3 de la NASA y la Agencia Espacial Europea, emiten pulsos de radar hacia la superficie del mar y miden el tiempo que tarda la señal en regresar. Con esta información, se calcula la altura de la superficie oceánica con una precisión de unos pocos centímetros.

Los satélites se complementan con mareógrafos, instrumentos instalados en la costa que registran el nivel del mar en puntos específicos. Décadas de mediciones continuas permiten modelar la topografía marina, y revelan las variaciones de altura a escala global.

La diferencia de nivel entre los océanos no sólo es relevante para la ciencia, sino que tiene implicancias en muchísimas actividades humanas, como la pesca, la gestión de recursos hídricos y la navegación.

El Canal de Panamá es una maravilla de la ingeniería que permite el paso de más de 14 mil embarcaciones cada año, entre el Océano Atlántico y el Océano Pacífico.

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Más de 14 mil barcos atraviesan cada año el sistema de esclusas del Canal de Panamá.

El canal utiliza un sistema de esclusas para manejar la diferencia de altura entre los dos océanos y el lago Gatún, que se encuentra a unos 26 metros sobre el nivel del mar. Las esclusas funcionan como ascensores acuáticos: los barcos entran en una cámara, que se llena o se vacía de agua para elevar o descender la nave al nivel necesario, y luego continúan su travesía. Este proceso permite que los barcos atraviesen el canal de manera eficiente y segura, sorteando el desnivel natural del terreno.

Si el Canal de Panamá no existiera y los dos océanos se conectaran directamente, las consecuencias serían poco felices. La diferencia de nivel y las distintas propiedades de las aguas alterarían los ecosistemas marinos y costeros y causarían corrientes extremadamente fuertes y riesgosas para la navegación.

El cambio climático, con el aumento de la temperatura global y el derretimiento de glaciares, está alterando el nivel del mar. Sin embargo, este proceso no es uniforme. Los datos satelitales revelan que el Pacífico, frente a las costas de Chile, por ejemplo, ha experimentado un menor aumento en su nivel comparado con otras regiones. Esta asimetría se debe al calentamiento desigual del océano, lo que evidencia la complejidad del sistema climático.